Ni siquiera su madre sabe qué pasó por la mente de Gonzalo cuando el pasado 7 de junio saltó la noticia de que el Cerro de las Cigüeñas, el mayor humedal de Los Palacios y Villafranca, había salido ardiendo, y no por casualidad, sino de forma intencionada. Lo que sí sabe su madre es qué pasó por su corazón: esa misma frustración que sufrieron todos los compañeros de clase que, solo unos días antes, habían estado por aquellos parajes, a apenas tres kilómetros del núcleo urbano, para una de sus actividades del proyecto que trabajaban en el cole durante el curso, precisamente sobre el medio ambiente. “A Gonzalo se le ocurrió que tenía muchos juguetes en casa que ya no usaba tanto y, como sabía lo valioso que era su coche kart, se le ocurrió rifarlo”, cuenta su maestra, Inés Sivianes, del CEIP Pablo Ruiz Picasso.
La iniciativa tuvo una entusiasta acogida entre todos sus compañeros, pero a finales del pasado curso no era el momento por dos motivos fundamentales: el primero, que el kart de Gonzalo no tenía un buen aspecto, y por eso su tío, un manitas, se ha empañado en las últimas semanas en sacarle su antiguo esplendor; el segundo, que aunque rifaran el coche, los ecologistas de la asociación local Anea –que ya trabajan intensamente en un programa de reforestación que incluso lo presentarán la semana que viene con la lectura de un manifiesto firmado por numerosas asociaciones y colectivos de todo el pueblo- les habían recomendado hacerlo en otoño, ya en el curso siguiente, porque como el dinero se iba a emplear en comprar árboles para la reforestación, lo mejor era esperar a esta estación presuntamente lluviosa en la que es más oportuno sembrar. De modo que ahora ha llegado el momento. “Contamos con la colaboración de todo el colegio”, explica la maestra, entusiasmada, “porque las madres delegadas de cada clase se van a encargar de repartir las papeletas de las rifas durante los próximos días”.
Concienciados
La docente recuerda que cuando salió ardiendo el Cerro de las Cigüeñas “mis alumnos lo sufrieron mucho porque estaban ya muy concienciados por haber ido tantas veces allí”. No en vano, además, habían hecho un semillero de plantas aromáticas, habían construido hoteles de insectos y, por supuesto, habían sembrado muchos árboles.
Este año, el cole de Gonzalo se ha embarcado en otro proyecto, “el arroz”. O sea, otro gran reto al alcance de la mano, porque desde la escuela, en un barrio justamente al borde de las marismas, casi se otean las tablas del arroz.
Más implicación
El presidente de la asociación ecologista Anea, José Manuel Benítez, que ha recibido con los brazos abiertos la tierna iniciativa de la rifa del coche Kart de Gonzalo, ha insistido en que “lo que queremos es que el Ayuntamiento, que está implicado, se implique más aún, pues queremos sembrar cientos de árboles y hasta cierto punto eso es fácil, pero no lo será tanto contar con agua de riego para todos ellos incluso cuando llueva”. “El Ayuntamiento, que además tiene un proyecto de limpieza de las parcelas colindantes, se ha comprometido a que Diputación nos iba a ceder una serie de árboles también”, ha añadido.
En este sentido, el concejal de Medio Ambiente, José Manuel Triguero (IU), se reunió con los responsables de Anea tan solo 48 horas después del desgraciado incendio de junio. Entonces, el edil les anunció la decisión municipal no solo de recuperar el entorno natural, sino incluso de ampliar las 14 hectáreas que actualmente ocupa al añadir una finca anexa, también propiedad del Ayuntamiento, a la zona inundable de casi cuatro hectáreas, de modo que, “a medio plazo”, el Cerro de las Cigüeñas consiguiera ser un humedal mayor. Para ello, el Ayuntamiento tenía intención de concurrir a la próxima convocatoria de subvenciones estatales, pues, según Triguero, “se necesita una inversión cercana a los 600.000 euros”.