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El Doctor Puelles, un mártir de la Ciencia

Fue discípulo predilecto del doctor Federico Rubio. En 1894 estuvo en París para estudiar el método Roux, para la curación de la difteria

20 ago 2017 / 23:12 h - Actualizado: 21 ago 2017 / 14:43 h.
"Hemeroteca El Correo"
  • José Manuel de Puelles y Ruiz (Cádiz, 16 de enero de 1874-Sevilla, 3 octubre 1925) alcanzó fama internacional con su aparato protector contra las quemaduras de los Rayos X, en cuyos experimentos sufrió gravísimas lesiones de las que murió en el 3 de octubre de 1925. Y José Manuel de Puelles de los Santos (d) presidente de la Diputación donde realizó una meritoria labor social. / Francisco José de Jesús Pareja
    José Manuel de Puelles y Ruiz (Cádiz, 16 de enero de 1874-Sevilla, 3 octubre 1925) alcanzó fama internacional con su aparato protector contra las quemaduras de los Rayos X, en cuyos experimentos sufrió gravísimas lesiones de las que murió en el 3 de octubre de 1925. Y José Manuel de Puelles de los Santos (d) presidente de la Diputación donde realizó una meritoria labor social. / Francisco José de Jesús Pareja
  • El Doctor Puelles, un mártir de la Ciencia
  • El Doctor Puelles, un mártir de la Ciencia
  • El Doctor Puelles, un mártir de la Ciencia
  • Una sala del Hospital de la Sangre, donde los pobres iban a morir... / Fototeca Municipal de Sevilla-fondo Serrano
    Una sala del Hospital de la Sangre, donde los pobres iban a morir... / Fototeca Municipal de Sevilla-fondo Serrano
  • El Doctor Puelles, un mártir de la Ciencia
  • Dos modelos de despacho de consulta médica, de sala de espera y de sala de curas, propias del primer tercio del siglo XX, de los que apenas si quedan testimonios gráficos salvo en algunas revistas y anuarios que insertaban publicidad sanitaria. En estos casos, las imágenes pertenecen a la sala de espera del gabinete odontológico del doctor Federico García Marín, en la calle Sierpes número 45; y al Instituto Provincial de Higiene, en la calle Luis Montoto, número 91. / El Correo
    Dos modelos de despacho de consulta médica, de sala de espera y de sala de curas, propias del primer tercio del siglo XX, de los que apenas si quedan testimonios gráficos salvo en algunas revistas y anuarios que insertaban publicidad sanitaria. En estos casos, las imágenes pertenecen a la sala de espera del gabinete odontológico del doctor Federico García Marín, en la calle Sierpes número 45; y al Instituto Provincial de Higiene, en la calle Luis Montoto, número 91. / El Correo
  • El Doctor Puelles, un mártir de la Ciencia
  • El Doctor Puelles, un mártir de la Ciencia
  • Fachada principal del Instituto Provincial de Higiene, en la calle Luis Montoto, número 91. Este Instituto fue creado en 1922 como Brigada Sanitaria, para practicar desinfecciones en casos de enfermedades infecto-contagiosas, y el traslado de enfermos y heridos graves mediante una ambulancia sanitaria. / El Correo
    Fachada principal del Instituto Provincial de Higiene, en la calle Luis Montoto, número 91. Este Instituto fue creado en 1922 como Brigada Sanitaria, para practicar desinfecciones en casos de enfermedades infecto-contagiosas, y el traslado de enfermos y heridos graves mediante una ambulancia sanitaria. / El Correo
  • Perspectiva aérea del Hospital de la Sangre de Sevilla, hoy sede del Parlamento de Andalucía. / Fototeca Municipal de Sevilla-fondo Cecilio del Pando
    Perspectiva aérea del Hospital de la Sangre de Sevilla, hoy sede del Parlamento de Andalucía. / Fototeca Municipal de Sevilla-fondo Cecilio del Pando

{José Manuel de Puelles y Ruiz (Cádiz, 16 de enero de 1874-Sevilla, 3 octubre 1925) alcanzó fama internacional con su aparato protector contra las quemaduras de los Rayos X, en cuyos experimentos sufrió gravísimas lesiones de las que murió en el 3 de octubre de 1925. El doctor José Manuel Puelles y Ruiz fue un «mártir de la ciencia» y un médico ejemplar.

En 1981, los días 27 y 28 de enero, el desaparecido periódico sevillano Sur-Oeste publicó un serial de dos capítulos sobre el doctor José Manuel de Puelles y Ruiz, firmado por los doctores Jesús Carmona Guillermo, Manuel Carbonero Moreno y Javier Aguilar del Rey. Los títulos eran expresivos: «A él se debe un aparato protector contra las quemaduras de los Rayos X», y «Víctima de los efectos nocivos de los Rayos X, sufrió terribles quemaduras que le ocasionaron la muerte».

El serial biográfico de los citados doctores Carmona, Carbonero y Aguilar, era un trabajo de investigación hecho con evidente admiración y gratitud hacia el maestro, todo un homenaje a su memoria con el anhelo de que quedara escrito su terrible experiencia en aras del progreso de la medicina.

Hay dos testimonios periodísticos excepcionales. Son dos artículos firmados por el doctor José Manuel Puelles y Ruiz, verdaderas joyas humanísticas. El primero, inserto en la revista Páginas Libres, de fecha 15 de agosto de 1923, se titula «Mis muertos», y es una reflexión sobre las personas que más le impresionaron y ayudaron a ser persona y médico. Y recupera la memoria sobre los doctores Juan Fernández Ballestero, Federico Rubio, Francisco Sánchez Pizjuán, Lecha Marzo...; sobre personajes como Benito Pérez Galdós, José Echegaray, Isaac Peral...

El segundo se titula «Vida Médica: Los humildes» y fue publicado en la primera página del periódico El Liberal, el 6 de febrero de 1924. Es tan hermosa la lección de humanidades de este artículo, dedicado a los médicos de barrios, a los más modestos, que lo reproduje íntegro en nuestra novela histórica «El Moscú sevillano» [páginas 65-67], como una de las mejores secuencias vividas por los ateneístas en sus charlas por los corrales de la ciudad.

El doctor Puelles y Ruiz había nacido en Cádiz, el 16 de enero de 1874. En 1879 vinieron sus padres a Sevilla, después de residir algunos Meses en Ayamonte. Con edad de quince años, comenzó a estudiar la carrera de Medicina, que terminó un año antes de lo previsto, acuciado por las necesidades económicas de la familia. Con apenas 19 años de edad, contrajo matrimonio con María Pastora de los Santos y Martín, el 14 de enero de 1891. Comenzó a ejercer en Sevilla, primero en la calle de Palacios Malaver y después en la de Amor de Dios, pero su excesiva juventud no inspiraba confianza en la gente y tuvo que irse, primero, al pueblo de Bornos, y después a los de Santiponce y Puebla de Cazalla. En 1902 volvió a Sevilla y estableció la consulta en la plaza del Altozano, número 2.

Fue discípulo predilecto del doctor Federico Rubio. En 1894 estuvo en París para estudiar el método Roux, para la curación de la difteria. Fue el primer médico español que se ocupó del método de Erhlich para la curación de la sífilis, llegando a montar en Sevilla la más moderna clínica especializada en tan terrible enfermedad. Ya en 1910 estaba en posesión de la Cruz de Beneficencia, por haber salvado a una niña. Pero donde el doctor Puelles y Ruiz alcanzaría fama internacional fue con su aparato protector contra las quemaduras de los Rayos X, en cuyos experimentos sufrió gravísimas lesiones que llegarían a costarle la vida. Murió el día 3 de octubre de 1925, a los cincuenta y un años de edad.

Como recogen los doctores Carmona, Carbonero y Aguilar, en su citado serial publicado en el periódico Sur-Oeste, el doctor Puelles y Ruiz sufrió los embates de la envidia. Así, cuando presentó su aparato protector contra las quemaduras causadas por los Rayos X, fue acusado de plagio, pero él demostró la supremacía de su invento. Cuando estaba gravemente enfermo por causa de los experimentos realizados en su propia persona, el doctor Puelles y Ruiz tuvo la valentía de explicar su mal en una impresionante y emocionada ponencia explicada en Praga, en 1912, en el curso del sexto Congreso Internacional de Electrología y de Radiología.

Otra de sus aportaciones al progreso de la medicina, fue su colaboración con el doctor Barder, de Barcelona, para perfeccionar un aparato de Rayos X para el radiodiagnóstico precoz del embarazo.

Wilheim Röntgen, marcó un hito en la historia de la medicina el día 8 de noviembre de 1895, cuando descubrió un fenómeno nuevo, «al observar la fluorescencia que mostraban unos cristales de platinocianuro de bario situados a cierta distancia de un tubo de rayos catódicos con el que estaba experimentando». Pocos días después, el 22 de diciembre de 1895, Röntgen utilizó por primera vez los Rayos X en la mano de su mujer, y la radiografía se convirtió en documento excepcional. En 1901, el descubridor recibió el primer Premio Nobel de Física.

José Manuel Puelles y Ruiz, desde la modestia de su laboratorio sevillano, dedicó su vida al perfeccionamiento del reciente invento, al logro de protección contra las quemaduras de los Rayos X. Y lo consiguió, pero a costa de su propia vida.

En el año 1934, el Ayuntamiento republicano le dedicó una calle en Sevilla, en la parroquia de San Gil. Era una vía pública que antes no tenía nombre, conocida hasta entonces por camino del Ratón, del Zapote, o del Matadero, nombres alusivos a las antiguas huertas de la zona. Partía de la entonces calle Beato Rivera, hoy avenida de San Juan de Rivera, en la confluencia con la avenida del Doctor Fedriani, y terminaba en el campo.

En 1939, el Ayuntamiento decidió cambiar el nombre y rotularla de Fray Isidoro de Sevilla, entre las avenidas del Doctor Fedriani y de la Cruz Roja, quedando el doctor Puelles y Ruiz en el olvido, posiblemente por ser padre de un destacado político republicano fusilado en agosto de 1936, el doctor José Manuel Puelles de los Santos.

Ahora que se están dando nombres a tantas calles nuevas de nuestra ciudad, sugerimos que, tanto la Real Academia de Medicina, como el Ilustre Colegio de Médicos, la Facultad de Medicina y la Sociedad Nicolás Monardes, soliciten del Ayuntamiento sevillano la oportuna recuperación del nombre del doctor Puelles y Ruiz, como obligada gratitud y justo reconocimiento a sus méritos científicos en bien de la Humanidad.

Otro médico ilustre fue el hijo de José Manuel de Puelles y Ruiz, llamado José Manuel de Puelles de los Santos, también doctor en Medicina, que tenía su consulta de la calle Bailén, número 33, y allí recibía gratuitamente a los pobres, conjuntamente con su padre, José Manuel de Puelles Ruiz, el mártir de los Rayos X. El doctor Puelles de los Santos fue un hombre y médico ejemplar, como lo demostró durante el tiempo que presidió la Corporación provincial, y su fusilamiento fue un gravísimo error fruto de la barbarie de la guerra civil.