El lastre de ser la capital de Andalucía

El Estado y la Junta deben apostar a que Sevilla aspire a algo más que a ser la ciudad del sur de Europa bonita y barata para los turistas.

Juanmi Vega @Juanmivegar /
27 nov 2020 / 05:00 h - Actualizado: 27 nov 2020 / 05:00 h.
"Presupuestos Generales del Estado","Presupuestos"
  • Tuneladora empleada en la parte norte de la SE-40. / El Correo
    Tuneladora empleada en la parte norte de la SE-40. / El Correo

Sevilla sigue pagando la Exposición Universal que celebró en 1992 y no de manera económica, no, lo hace con la marginación por parte del Estado y de la Junta en cuanto a la inversión en infraestructuras se refiere. La capital de Andalucía, una de las ciudades más importantes de España, no recibe todo el apoyo que debería por parte de las administraciones públicas para poder sacar adelante esas infraestructuras tan fundamentales para el futuro de la metrópolis.

Parece que Sevilla tiene que pedir perdón constantemente por ser la capital de Andalucía. En Málaga, la otra gran urbe andaluza, las administraciones sí ponen todo su empeño en que la ciudad evolucione.

La última gran inversión en infraestructuras que sufrió Sevilla fue gracias a la Exposición Universal de 1992. El AVE, puente del Centenario, autopista a Huelva, los terrenos de la Cartuja, la estación de trenes de Santa Justa y la transformación del aeródromo a aeropuerto, son algunas de las mejoras que recibió la ciudad. La otra gran transformación de la ciudad, salvando las distancias, vino de la mano de otra exposición, esta vez la del 29. De exposición en exposición.

El Foro Andaluz de Nueva Sociedad (FANS) ha publicado una carta en la que califica de marginación para Sevilla los nuevos presupuestos generales, tanto del Estado como de la Junta de Andalucía.

«Los proyectos e inversiones en infraestructura que se elaboran terminan eternizándose o abandonándose y frustrándose, lo que impide que nuestra ciudad pueda equipararse en estos aspectos a cualquier otra de su nivel en España y, mucho menos, en Europa. Valgan como ejemplo de estos retrasos excesivos y abandonos el Metro, la conexión por ferrocarril con el aeropuerto, la ampliación del Museo de Bellas Artes, los túneles de la SE-40, la ciudad de la Justicia y otros. En cualquier ciudad que se precie las infraestructuras son necesarias, para que pueda contar con el adecuado entramado empresarial que es el que proporciona empleo y calidad de vida. Desgraciadamente Sevilla no goza de esa base de infraestructuras necesarias que la haga atractiva a los empresarios que son, como hemos dicho, los que crean empleo» explica la FANS.

Uno de los ejemplos que pone este foro para argumentar esa marginación es el importe por habitante que recibió la ciudad de Sevilla: En 2017 la provincia de Sevilla recibió 113,84 euros por habitante, cifra inferior a la media andaluza (136,60 euros) y a la Nacional (272,35 euros) en la distribución de las inversiones, y que, según estudio realizado por la Cámara de Comercio de Sevilla y la Confederación de Empresarios de Sevilla sobre los Presupuestos Generales del Estado, en el período 2008-2017 Sevilla perdió más del 75% de la renta por habitante.

Con estos números es misión imposible acometer las grandes obras que necesita la ciudad. Una de ellas, los túneles de la SE-40, que se ha decidido que será un puente el que salvará el río, a pesar de tener una tuneladora esperando años y años su puesta en marcha.

El Metro es otro de los grandes fracasos de la ciudad. En 1975 se aprobó el trazado de tres líneas y se construyeron algunas estaciones y buena parte del trazado actual. En 45 años sólo se ha conseguido tener una línea de 18 kilómetros. El Foro pone de ejemplo los ocho años de Alberto Ruiz-Gallardón al frente del consistorio madrileño, periodo en el que se construyeron más de 90 estaciones o bocas de metro.

Durante los próximos años, con motivo de la pandemia, la inversión pública será muy notable. Puede ser un buen momento para que el Estado y la Junta apuesten, definitivamente, por usar ese dinero en el desarrollo de las grandes infraestructuras que necesita la ciudad para poder aspirar a algo más que a ser la ciudad del sur de Europa bonita y barata para los turistas.