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El turismo de naturaleza gana cada vez más adeptos. En la imagen, flamencos al atardecer en la Isla Mínima. / Txetxu Rubio -
El Caminito del Rey, en Málaga, es una actividad turística muy demandada. / Txetxu Rubio
Los turistas ya no quieren ir únicamente a la playa o a las grandes ciudades. Cada vez cobra más fuerza el turismo de naturaleza, que según la Organización Natural del Turismo es aquel en el que la principal motivación es la observación y apreciación de la naturaleza, así como las culturas tradicionales. Este tipo de turismo, lógicamente, está íntimamente relacionado con el turismo realizado en espacios naturales protegidos y con el ecoturismo. Debido a los altos niveles de estrés que padece hoy día buena parte de la población, el turismo de naturalezas gana adeptos porque son muchas las personas que quieren refugiarse en la naturaleza para desconectar completamente del día a día, sin ruidos y con la menos gente alrededor posible.
Por fortuna, la comunidad andaluza cuenta con un enorme patrimonio cultural, una alta cantidad de recursos naturales y una rica biodiversidad. Actualmente el parque de Doñana, Caminito del Rey y la Gran Senda aparecen señalados por los expertos como tres marcas con mucha fuerza que catalizan para el desarrollo de este tipo de turismo.
Este auge del turismo de naturaleza también podría tener su cara menos favorables, según apunta el informe Turismo de Naturaleza en Andalucía. Año 2016. Demanda turística en Andalucía. Segmentos turísticos elaborador por la consejería de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía. En este documento se expone que los empresarios actuales están muy concienciados con la conservación del medio ambiente pero se teme que con el desarrollo futuro del sector entre en él profesionales «no sólo menos cualificados o preparados sino también menos concienciados con la conservación del medio ambiente en los que prime la dimensión económica sobre la conservacionista, lo que perjudicaría el desarrollo de un modelo de turismo sostenible», explica el documento.
En el texto también se especifica la parte positiva de este tipo de turismo, y además de que potencia el empleo, general puestos de trabajo y tiene un gran potencial de crecimiento, el turismo de naturaleza se presenta como una oportunidad para la concienciación medioambiental debido a la combinación de información y ocio, por lo que resulta un sector muy importante para todos los escolares. Así, para este numeroso colectivo se pueden organizar talleres y cursos con prácticas vinculadas con la naturaleza (anillamiento, fotografía de naturaleza, talleres de huellas y rastros, etc). Igualmente, es un marco muy apropiado para organizar viajes de fin de curso y campamentos.
Perfiles
Este tipo de turismo tiene también la capacidad de atraer a clientes con perfiles muy distintos. Habitualmente, el turista de naturaleza intenta encontrar una experiencia que se aleja de un viaje convencional. A grandes rasgos, se pueden apuntar tres grandes grupos para este tipo de turismo. Así, muchos turistas se decantan por esta modalidad para el turismo de observación, que va directamente asociado al turismo ornitológico. Un segundo perfil, muy emergente, es el de aquellos interesados en la naturaleza pero sin llegar al nivel de expertos del grupo anterior pero que sí da importancia tanto a la gastronomía como al alojamiento. Y en tercer lugar se situaría el grupo más numeroso, que lo forman aquellos que practican actividades de turismo activo o quienes contratan visitas guiadas para observar algún tipo de especie animal.