Menú

«La universidad no te prepara para el mundo laboral»

Alumnos de másteres, cursos de experto o idiomas relatan su experiencia resaltando el refuerzo que las enseñanzas no regladas suponen para engrosar un currículum o acceder a un puesto de trabajo

24 may 2017 / 15:42 h - Actualizado: 24 may 2017 / 22:22 h.
"Educación","Las academias arrasan"
  • Luis Márquez, en su primer día de prácticas tras haber cursado un máster. / El Correo
    Luis Márquez, en su primer día de prácticas tras haber cursado un máster. / El Correo
  • Curso de árabe en la Fundación Tres Culturas.
    Curso de árabe en la Fundación Tres Culturas.
  • Satse impartiendo un curso. / El Correo
    Satse impartiendo un curso. / El Correo

Especialización. Es la palabra clave que todo aquel que decide embarcarse en una enseñanza no reglada acaba nombrando cuando se le pregunta el por qué de su decisión. Lo tiene claro Luis Márquez, un joven que tras terminar sus estudios universitarios decidió, no sin antes pensarlo mucho, cursar un máster en Gestión de Recursos Humanos para completar su formación en Psicología: «Durante los cuatro años del grado, por desgracia, no te preparan para la vida laboral. Sales de la universidad teniendo muchos conceptos generales que normalmente cuesta aplicar a la realidad del trabajo», explica.

Por eso, y con el objetivo último de adentrarse en el ámbito laboral, se decantó por opciones que tuvieran una importante «carga práctica», entre las que se encontraban el máster del Instituto de Estudios Cajasol, una escuela de negocios sevillana en la que adquirió unos conocimientos que le han permitido estar haciendo prácticas en un conocido despacho de abogados.

En este sentido, uno de los aspectos más positivos que Luis destaca de haber cursado el máster es el de la «aproximación al mundo laboral». Sobre todo porque los docentes pasan de ser investigadores de universidad a profesionales en activo de grandes empresas: «Eso es un aspecto muy importante, pues te aportan sus puntos de vista de lo que ocurre en el día a día y no lo que cuentan los libros». También le ha permitido ganar en competencias como el trabajo en equipo con personas que «no siempre comparten tus puntos de vista». Y, a pesar de ser solo un ensayo del mundo laboral al que se ya se ha enfrentado, asegura que la carga de trabajo soportada durante los estudios le ha permitido aprender a «trabajar bajo presión y a adaptarte a nuevas situaciones». Quizás el punto negativo de este tipo de enseñanzas sea el desembolso económico que hay que realizar para tener acceso a ellas. No obstante, este joven tuvo claro desde el principio que, «por regla general, si quieres realizar una buena formación no reglada, el desembolso es prácticamente inevitable».

Una obviedad que no le libró de «hacer un gran ejercicio de conciencia y valorar todas las opciones posibles», teniendo en cuenta que su máster ronda los 9.000 euros. En su caso, pudo acogerse a distintas ayudas económicas ofertadas por el centro.

Carla García, que en la actualidad estudia dos idiomas, asegura no querer pensar en todo lo que lleva pagado para no deprimirse. Porque el inglés y el árabe que está aprendiendo desde hace cuatro años, uno más por necesidad y el otro más por afición, le suponen un coste de 100 euros mensuales. Claro que, a pesar de ello, su interés por continuar formándose le invita a verlo como una inversión necesaria: «Tengo inquietud por seguir aprendiendo cosas diferentes a las de mi profesión –es periodista–, e incluso considero que pueden ser un complemento para mejorar como profesional». Además, es consciente de que, aunque podría ser más económico estudiarlo por su cuenta, sin academias de por medio, «no tendría tanta fuerza de voluntad». «Así que matricularme en un curso me obliga a tener una constancia que por mí misma no tendría», agrega.

Al contrario que Luis, que ha visto los resultados laborales al poco tiempo de finalizar su máster, Carla reconoce que «tenía más expectativas puestas al principio» y, aunque esperaba obtener resultados a corto plazo, se ha dado cuenta en este tiempo de que «los idiomas son una carrera de fondo, en la que la nunca acabas de ver la meta, y en la que los resultados se van viendo muy poco a poco». Pese a que aún no ha conseguido su meta principal, que es obtener el título de B2 en inglés y el B1 en árabe, el objetivo que se marcó al embarcarse en esta enseñanza no reglada está más cerca. A tan solo un examen escrito de tener el título.

También Bárbara Amador, enfermera sevillana, no pierde la oportunidad de seguir adquiriendo conocimientos con los que actualizarse y mejorar no solo en su profesión, sino en su posición en la bolsa de empleo del Servicio Andaluz de Salud (SAS), a la que se accede en función de la puntuación obtenida. Así, el itinerario de formación continuada online que cursa a través del Sindicato de Enfermería (Satse) le servirá para saber más sobre la nutrición y dietética en las diferentes etapas del ciclo vital, «un tema muy interesante» para su sector, de manera gratuita, ya que para este tipo de cursos basta con tener al día las cuotas del sindicato –que suponen 160 euros anuales–.