Los partidos, entre Pinto y Valdemoro

PP y Ciudadanos aún no renuncian al Metro; IU aboga por buscar otras alternativas y Participa se inclina por una red en superficie

01 abr 2017 / 20:51 h - Actualizado: 03 abr 2017 / 11:02 h.
"Metro de Sevilla","Transportes","Metro de Sevilla: Ocho años después"
  • La línea 1 de Metro, la única en funcionamiento, a su paso por San Juan de Aznalfarache. / Pepo Herrera
    La línea 1 de Metro, la única en funcionamiento, a su paso por San Juan de Aznalfarache. / Pepo Herrera

El anuncio realizado por el alcalde Juan Espadas este pasado mes de marzo en cuanto a su voluntad de relanzar el proyecto mediante la construcción de un tramo de la línea 3 para conectar Pino Montano con el Prado de San Sebastián y así enlazar con la línea 1 ha sido recibido con cierta reticencia por parte de la oposición, que a estas alturas de la película ya sólo atiende a los hechos.

Entre los cuatro partidos que acompañan al PSOE en la representación municipal tanto el Partido Popular como Ciudadanos aún aspiran a que se complete la red prevista de cuatro líneas porque entienden que Sevilla no puede renunciar al Metro. En el otro extremo se sitúan Izquierda Unida y Participa Sevilla, que se declaran hartos de promesas incumplidas y ven irrealizable el proyecto tal cual, hasta el punto de sugerir otras alternativas para resolver los problemas de movilidad.

EL PP PIDE A LA JUNTA «UN COMPROMISO»

Desde el Grupo Popular –recuerdan– «siempre se ha defendido que los sevillanos necesitan y quieren una red completa de metro y por eso no podemos consentir que el proyecto se quede en un cajón. Desde el PP se viene reivindicando desde hace años que es prioritario que Sevilla cuente con una red completa de Metro», recalcan antes de apuntar que «se han llevado propuestas a pleno para reivindicar a la Junta su compromiso, se han puesto en marcha campañas y se seguirá insistiendo a la Junta de Andalucía, porque es necesario un compromiso firme».

Los populares creen que «después de tantos años de falsas promesas y engaños necesitamos un compromiso firme, por escrito y con reflejo en los presupuestos. Por eso le exigimos a la señora Díaz que cumpla con los sevillanos y con Sevilla». Y reiteran: «Una vez que la Junta, que es la que tiene las competencias para ello, impulse y presupueste una nueva línea, el Gobierno central deberá hacer lo mismo, pero antes no tiene sentido. Nosotros seremos los primeros que se lo exigiremos al Gobierno de Mariano Rajoy, pero eso debe hacerse con proyectos serios y con presupuestos en la mano», dicen.

CIUDADANOS CREE QUE ES «PRIORITARIO»

Una visión similar de la cuestión tienen en Ciudadanos, una formación que considera que el Metro «es un elemento prioritario para la movilidad de nuestra ciudad y para situar a Sevilla a la altura de las grandes capitales». Este partido aún tiene fe en que se complete el proyecto: «De hecho, hemos incluido en el acuerdo de presupuestos, firmado por el alcalde, el compromiso de impulsar un acuerdo entre la Administración del Estado y de nuestra Comunidad Autónoma para conseguir la financiación necesaria, ya que Sevilla no se puede permitir renunciar al Metro», recalcan.

Por último, Ciudadanos apunta sobre este asunto que «también se ha alcanzado el acuerdo con el gobierno para que coordine con Metro de Sevilla y la Junta de Andalucía la apertura de la línea durante la noche de fin de año para aumentar la seguridad, evitar accidentes y facilitar el desplazamiento de los sevillanos», concluyen.

IZQUIERDA UNIDA LO VE «UNA QUIMERA»

Desde Izquierda Unida opinan que «se trata de una infraestructura que, por su coste y el prolongado periodo de tiempo que se requiere para acometer su construcción, solamente cubrirá las necesidades de movilidad de los ciudadanos en el largo plazo», por lo que desestiman su relanzamiento: «El Metro, por desgracia, en esta ciudad se ha convertido en un arma arrojadiza. El PP contra la Junta y el PSOE contra el Gobierno central... IU no va a entrar en ese juego», advierten.

Es por eso que lo tienen claro: «Seguir prometiendo el Metro (como hacen PSOE, PP y Cs) es seguir engañando a los ciudadanos. Sevilla lo que necesita es un transporte público ágil e intermodal, que los barrios más periféricos tengan un acceso rápido a otras zonas de la ciudad. El Metro solucionaría estos problemas... pero no es real, en tanto que no vamos a ver la obra terminada en los próximos años», prevén.

La formación que lidera Daniel González Rojas se pregunta: «¿Acaso los vecinos de Sevilla Este tienen que seguir tardando casi una hora en llegar al Centro hasta que no esté construido el Metro? Si seguimos vendiendo el suburbano como la solución, continuaremos amarrados a una quimera y alargando el problema», avisan.

E insisten en que «tenemos que darle una solución eficaz, viable y rápida a los vecinos de Sevilla... y el Metro no cumple esos requisitos. Hay alternativas más económicas y sostenibles que ya se podían estar poniendo en marcha para dar respuesta a los problemas de movilidad en Sevilla», como por ejemplo «implantar autobuses de tránsito rápido para conectar el Centro con los barrios; potenciar la red de cercanías (aumentando la frecuencia de paso de los trenes y reactivando el doble sentido de la línea circular C4); o reorganizar las líneas de Tussam para que lleguen a las zonas periféricas».

PARTICIPA PIDE «UNA RED EN SUPERFICIE»

En similares términos se expresa Participa Sevilla: «Creemos que la construcción de las líneas 2, 3 y 4 del Metro, tal y como está planteada, es un proyecto absolutamente irrealizable, y por lo tanto seguir exigiéndolo constituye una manipulación partidista de la ciudadanía. Los partidos de la vieja política que insisten en plantear el Metro lo que les están diciendo a la ciudadanía es que pretenden solucionar el problema de la movilidad en 20 años. Y, además, sin ninguna realidad económica que sustente esta propuesta», advierten.

Esta formación aboga por «una red básicamente en superficie porque es más congruente con los estudios técnicos, más sostenible y mucho más barata», por lo que «estaría garantizada su construcción a un costo y en un plazo de tiempo razonables».

Participa expone que «con el coste previsto para una sola línea (1.000 millones de euros) se podría poner en marcha una red básica de transporte público metropolitano en superficie que diera solución a los problemas de movilidad», y añade: «Esa red podría complementarse eficazmente con una red de Tussam convenientemente remodelada y apoyada en una red troncal de líneas con formato de metro-bus (servicios de autobús exprés en plataforma reservada y prioridad semafórica)» que, por ende, «restaría espacio al tráfico de coches». Por último, añaden: «Si analizamos los resultados de la línea 1, nos encontramos con una ratio de 64 viajeros en días laborables por millón de euros invertido», que consideran pobre «ya que está por debajo de 100 viajeros/día por millón de euros invertidos».

ASOCIACIONES: UN CLAMOR UNÁNIME

Las asociaciones relacionadas con la movilidad en la ciudad claman por que se retome y se impulse el Metro, si bien contemplan como una utopía que se remate la red diseñada con cuatro líneas ante la desidia de las administraciones, con las que se muestran sumamente críticos.

Es el caso de Alfredo Garay, portavoz de Sevilla por el Metro, que surgió en 2012 como movimiento ciudadano por la construcción de la red completa del Metro de Sevilla y que aglutina una veintena de entidades: «El proyecto estaba bien considerado. Con las líneas 1, 2 y 3 el servicio hubiese estado bien cubierto y si se hubiera hecho la 4, circular, ya hubiese sido perfecto, pero ni la Junta ni el Ayuntamiento tienen en cuenta la opinión de los sevillanos», afirma antes de bromear: «Como sólo se hizo una de las cuatro líneas previstas, yo lo llamo coloquialmente un cuarto de metro».

Garay advierte de que «el montón de millones que costaron los anteproyectos se van a perder, a tirar». Y se muestra desencantado con el futuro: «Ahora dicen que van a hacer otro trocito, será para callarnos». Las comparaciones, a su juicio, son odiosas: «Málaga va a tener dos líneas y Granada tiene un tranvía-metro de bastantes kilómetros que recorre toda la zona que vertebra la ciudad, desde un polígono industrial en la salida a Jaén hasta Atarfe. Sevilla, en cambio, está totalmente abandonada. Somos ciudadanos no ya de segunda sino de tercera o de cuarta. Hace cuatro o cinco años pensaba que mi hijo podría ir a la Universidad desde Sevilla Este en Metro, pero ya ni lo sueño», dice alicaído. Garay ha iniciado una campaña en change.org que se acerca a las 10.000 firmas, pero «la gente no se mueve en esta ciudad», zanja.

Similar opinión tiene Manuel Fernández, vicepresidente de Sevilla Se Mueve: «La Junta ha seguido su hoja de ruta poniendo en funcionamiento el Metro de Málaga y Granada, que está muy bien, pero lleva años dando largas a la ciudadanía de Sevilla».

Para Fernández, «alternativas hay muchas, lo suyo es que se complementen y superpongan el Cercanías, el Metro, el tranvía, los autobuses, el vehículo privado y la red de carriles bici», pero «el Metro es sin duda el sistema más eficiente, hay que retomarlo ya sin más excusas».

«Los proyectos están redactados para empezar mañana a hacer el agujero si se desea, pero la cuestión es que no se desea, no hay interés», dice antes de sugerir que «debe empezarse por la línea 3 por aquello de cruzarse con la 1 y a partir de ahí completar la red. Construir tramos disconexos no tiene sentido», añade antes de apuntar un posible error en el diseño, ya que «dos de las líneas son paralelas (1 y 2) y no se cruzan. La solución sería que se cruzaran en San Francisco Javier», recalca.

Eliseo Monsalvete, presidente de Iniciativa Sevilla Abierta (ISA), entiende que «Sevilla tiene un déficit importante en el transporte público. Una sola línea es como si hubiera dos líneas de autobús. Es un sistema muy limitado que no resuelve los problemas y al que tienen acceso pocos ciudadanos porque recorre la veinteava parte de la ciudad», asegura.

Para Monsalvete, «la consecuencia es que Sevilla es una de las ciudades que utiliza más el coche privado, lo que conlleva una contaminación exagerada y un gasto elevado para el usuario».

Sobre la intención de priorizar la línea de Pino Montano, opina que «es un parche más», aunque «siempre es mejor avanzar que no hacerlo». Y compara: «Las grandes capitales como Madrid, Barcelona o Bilbao cuentan con redes de Metro impresionantes, aquí parece que esto no importa, no somos conscientes de lo que dificulta el funcionamiento de la ciudad», dice antes de refrendar que «se trata de un Metro cojo, pero nos conformamos».