«Por desgracia hay jóvenes que confunden el 11-M con el 15-M»

Hace 13 años del mayor atentado sufrido por este país y las víctimas lo tienen claro: que el tiempo no borre las heridas de aquel 11-M

Iñaki Alonso @alonsopons /
10 mar 2017 / 22:35 h - Actualizado: 10 mar 2017 / 22:35 h.
"Terrorismo","Víctimas del terrorismo","En pie contra la barbarie"
  • Eulogio Paz, en la sede de la asociación en Madrid. / El Correo
    Eulogio Paz, en la sede de la asociación en Madrid. / El Correo

Para la inmensa mayoría de españoles, fue el horror de la mayor masacre vista a las puertas de sus casas. Para Eulogio Paz, el 11-M fue, además, el día del asesinato de su hijo Daniel. Paz es el nuevo rostro de las víctimas del 11-M, tras 12 años de incansable lucha de Pilar Manjón [su exmujer], que no sólo peleó por la dignidad y la memoria de los afectados, sino por los que los quisieron envolver la tragedia de politizaciones y «teorías de la conspiración». La asociación tiene claro el paso: que las nuevas generaciones no olviden lo que pasó ese 11 de marzo de 2004.

—¿Cómo se enfrenta a un día tan señalado como el 11-M?

—Para mí y los socios en general supone desgraciadamente un año más. Esta vez no es un número redondo, hace 13 años de los atentados, pero si es una fecha importante. Este 11-M nos permite ver cómo están las víctimas con el paso del tiempo. Hay a quien se le han agravado las secuelas o les han surgido nuevas patologías como consecuencia de lo sufrido aquel día. Hay víctimas que, por su incapacidad, han perdido su trabajo o están en una situación más precaria. La crisis les ha golpeado, como a todos. Y después está el aspecto psicológico. Sólo el año pasado, contabilizamos 2.230 terapias en la asociación.

—Además del dolor, ¿qué ha podido llevar a esta cifra tan alarmante de atendidos?

—No pueden olvidar. Y más cuando el terrorismo yihadista se ha extendido. París, Bruselas, Berlín,... esos atentados causan recaídas, porque se revive el dolor. Aunque no vean la tele, al final se enteran de cada atentado: la discoteca Bataclán, el aeropuerto de Bruselas o el paseo marítimo de Niza.

Tampoco ayuda a las víctimas esa teoría conspiratoria que insiste en que pudo ser ETA. También este año se ha hablado de un informe secreto del 11-M. Esos rumores, que se veían en grandes titulares, han querido generar confusión en la autoría. Pero vas y acudes a la Fiscalía y ese informe tan secreto resulta que no arrojaba ninguna novedad, salvo confirmar que fue el terrorismo yihadista el autor material e intelectual de los atentados de Madrid.

—Ese halo de incertidumbre, de si era ETA o Al Qaeda, ¿tanto daño le han hecho?

—Sin duda. Se ha producido una doble victimización. La de ser víctimas del 11-M y esa teoría conspiratoria. Llevamos 12 años acostumbrados a que pongan en duda la autoría. Cuando saltó lo del informe secreto, contacté con el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que se comprometió en que si lo encontraba, nos lo diría. Me llamó para decirme que lo habían encontrado y lo había remitido a la Fiscalía. Ahí certificamos que era más de lo mismo. Ha habido hasta un juicio que probó los hechos, pero algunos se empecinan en lo mismo.

—Hubo un tiempo que afirmaban no sentirse arropados por una parte de las instituciones (PP), por todo el contexto en el que se produjo los atentados del 11-M.

—Se puede decir que ha mejorado. Prácticamente, parecía que nos acusaban de ser responsables de aquello y de que perdieran las elecciones. Tras lo de París o Niza, hay un cambio de perspectiva. La asociación, por ejemplo, no ha recibido en 12 años ni una subvención de la comunidad de Madrid con Esperanza Aguirre al frente. Ahora sí.

Pese a ello, todavía existe un falso pudor de hablar del 11-M. Hace poco estuve en una charla de un alto cargo de los cuerpos de seguridad del Estado, que hablaba que ni el 11-S en Nueva York ni los atentados de Londres y París habían afectado económicamente. ¿Por qué no habló del 11-M?, le pregunté. Y me dijo que no había ni una sola vez que entrara en el despacho sin acordarse de ese día. Hay un interés de los estamentos por olvidar que se hicieron mal las cosas.

—Pero, desde aquel día, se aprendió: cero atentados del terrorismo yihadista.

—Llevamos 13 años sin atentados yihadistas. Pero siempre dicen que es gracias al éxito de las fuerzas de seguridad, pero olvidan que es posible gracias al gran fracaso que supuso el 11-M. El Gobierno de aquel entonces puso todos los esfuerzos en la lucha contra ETA y obvió el peligro de Al Qaeda. Hay muchos de aquel gobierno que ni han pedido perdón por ello. Entre ellos, Aznar.

—¿Cuál es el nuevo objetivo de su asociación?

—Queremos que se haga un trabajo de memoria histórica del 11-M. Que se publiquen libros donde se explique en su contexto y se pueda estudiar en las escuelas y las universidades. No se puede entender el 11-M sin la guerra de Irak, los siete agentes del CNI asesinados en Latifiya (Irak) o los atentados de Casablanca. Eso no es justificar el terrorismo yihadista ni mucho menos. Quiero recordar que mi hijo acudió a las manifestaciones contra la presencia española en Irak y fue asesinado.

—¿Las nuevas generaciones saben que es el 11-M?

—No, y preocupa. Hay jóvenes que ni les suena o confunden el 11-M con el 15-M. Es clave ese trabajo de memoria histórica. Además de ayudas sociales y psicológicas a las víctimas, hace falta una labor de concienciación.

—¿Cree que esa concienciación sí existe en el resto de Europa? El 11-M es el día europeo en apoyo a las víctimas del terrorismo.

—Sólo se eligió porque era el mayor atentado con víctimas mortales en España y en Europa. Luego han ocurrido otros. No creo que haya concienciación. Todavía hay muchos con la venda puesta.

—Representa a un colectivo y estará en los actos institucionales, pero no deja de ser una persona que perdió a un hijo en un atentado...

—Recuerdo todo lo que aconteció ese día y los siguientes, porque a Daniel no lo incineraron hasta seis días después. No hay un solo detalle que se me escape. En cuanto me enteré del atentado llamé al móvil y no sonaba. Salí del trabajo y me fui a la estación del Pozo, donde él cogía el tren. Me derivaron a los hospitales. Fui al 12 de Octubre, La Paz, Marañón,... A las 14.00 horas, nos dijeron que nos fuésemos a Ifema, donde dimos las indicaciones para identificar a Daniel. No nos dijeron que había fallecido hasta mucho después, pero ya sabíamos que había sido asesinado. Y todo te recuerda a él. El otro día, tras una entrevista, me dijeron que me olvidara de todo y hablara de algo que no se relacionara con el 11-M, como el fútbol. La última conversación que tuve con mi hijo era por un partido de Champions que ganó el Madrid al Bayern Munich con gol de Beckham. No hay nada que me pueda hacer olvidar ese día.