Sucesos

¿Son seguros nuestros edificios ante un incendio?

El profesor Rafael Suárez analiza desde la normativa la situación de los bloques de viviendas tras el siniestro de Valencia y lo que supone la aplicación del Código Técnico de la Edificación de 2006

24 feb 2024 / 10:59 h - Actualizado: 24 feb 2024 / 11:11 h.
"Sucesos"
  • Estado en el que ha quedado el edificio tras el incendio ocurrido ayer jueves. / FRANCISCO CALABUIG
    Estado en el que ha quedado el edificio tras el incendio ocurrido ayer jueves. / FRANCISCO CALABUIG

El arquitecto romano Vitrubio sostenía que el descubrimiento del fuego está en el origen de la arquitectura. Además, la domesticación del fuego por parte del hombre activa el desarrollo de las primeras sociedades, se asocia con los ritos, con nuestra cotidianidad, y se convierte en parte fundamental de nuestras vidas. El fuego nos ha aportado durante siglos la energía necesaria para mejorar nuestras condiciones de vida gracias a su potencial combustible. Pero el fuego tiene otra cara, asociada a su capacidad de combustión con los materiales de nuestros edificios. Este carácter destructor del fuego, queda reflejado en grandes incendios que devastaron por completo ciudades como Roma en la época de Nerón, Londres en el año 1666 o Chicago a final del siglo XIX. Sin embargo, estos acontecimientos sirvieron como lecciones para aprender y mejorar los trazados urbanos y las técnicas de construcción de la época, con el objeto de evitar estas catástrofes en el futuro.

Todos estamos impresionados por las impactantes imágenes del incendio en el edificio Campanar de Valencia, que nos remiten a una memoria reciente de los incendios de la torre Windsor en Madrid en el año 2005 o el más reciente de la torre Grenfell de Londres. Son edificios en altura y en todos ellos la causa es la misma: una rápida e inusual propagación del fuego por el exterior debido posiblemente a la combustibilidad de los materiales utilizados en la fachada, y con el resultado de un edificio completamente calcinado y lamentablemente con pérdidas humanas. Tras las correspondientes investigaciones abiertas, en los próximos días conoceremos el alcance y las causas exactas del incendio de Valencia. Esto servirá para reflexionar, valorar y proponer acciones o procesos reguladores que eviten que pueda volver a ocurrir una tragedia de este tipo, como ocurrió tras el incendio de la torre Windsor, que activó la necesidad de incorporar nuevas exigencias en la normativa de incendios en España.

La actual normativa de obligado cumplimiento de Seguridad en caso de incendio recogida en el Código Técnico de la Edificación, publicada en 2006 y sucesivamente actualizada, regula de forma clara esta problemática. Este documento básico establece las exigencias para evitar el riesgo de una rápida propagación del fuego tanto en el interior como en el exterior del edificio, ya que un incendio puede devorar un edificio en pocas horas; garantizar la evacuación de las personas, sus condiciones de seguridad, y evitar daños humanos; la dotación de instalaciones de protección contra incendios, para favorecer la extinción del incendio; asegurar las condiciones para la intervención de los bomberos, que facilitan el rescate y la extinción del incendio; así como una adecuada resistencia al fuego de la estructura para evitar su colapso.

Si el edificio de viviendas de Valencia se hubiera proyectado y construido con la vigente normativa de Seguridad en caso de incendios, el alcance y magnitud del incendio posiblemente habría sido otro bien distinto, ya que en la actualidad se regula la reacción al fuego de los materiales de fachada, prescribiéndose el empleo de materiales con diferentes grados de combustibilidad según la altura del edificio.

Desgraciadamente, esta misma semana hemos conocido otro lamentable siniestro por un incendio en una residencia de ancianos en Madrid, donde fallecieron tres personas, que ha tenido quizá menos repercusión por la menor escala y alcance, así como por no haber tenido el impacto visual del incendio de Valencia. En este caso las causas fueron otras, el inadecuado mantenimiento de las condiciones de seguridad en caso de incendio del edificio: salidas de emergencia bloqueadas e instalaciones de extinción de incendios desactivadas.

Estos recientes siniestros pueden generar una cierta inquietud, pero debemos conservar la calma. Los incendios se producen de forma puntual y accidental y los arquitectos proyectamos nuestros edificios garantizando, entre otras, las actuales exigencias normativas en materia de incendios, para disminuir el riesgo de incendio, evitar su propagación y asegurar la evacuación de los ocupantes. Pero esto no es suficiente para afrontar el riesgo y las graves repercusiones ante un incendio. Tenemos que concienciarnos de una adecuada educación en materia de incendios, mediante los planes de evacuación, que nos preparan ante una emergencia, así como la necesidad de mantenimiento y conservación de nuestros edificios en materia de incendios. De esta forma se pueda asegurar que esas condiciones de seguridad se cumplen durante toda la vida útil del edificio, para que en el caso que se produzca un incendio, queden respaldada la integridad y seguridad de los usuarios y se minimicen los daños en el edificio.