Aunque Sevilla no tiene unos datos elevados en lo que a inmigración se refiere –el 5,19 por ciento de la población es extranjera–, la integración no deja de ser uno de los objetivos de una ciudad que aspira a ser ejemplo de interculturalidad.
Para ello, este miércoles se celebró en la sede de Emasesa la primera edición de las Jornadas Municipales sobre la Integración de la Población Migrante, con la que se pretendió poner de manifiesto los problemas para la plena integración de estas personas y poner en valor los recursos públicos y privados que la capital hispalense ofrece para ello.
En este sentido, el encuentro buscaba, ante todo, sensibilizar al asistente sobre la situación que viven muchos extranjeros que se ven sometidos a la presión social de una cultura distinta que, en ocasiones, pone de manifiesto actitudes de intolerancia y discursos que rezuman odio.
La delegada municipal de Igualdad, Juventud y Relaciones con la Comunidad Universitaria, Myriam Díaz, destacó en su inauguración que el acto serviría para «reflexionar sobre los retos que tenemos por delante para construir una ciudad abierta y tolerante». Además, el encuentro quiso ponerse las gafas de género para «evitar que estas mujeres puedan ser víctimas de trata, explotación sexual y que caigan en manos de mafias», señaló Díaz.
La edil socialista quiso poner en valor el papel del Consejo Municipal de Migraciones, que pretende ser un órgano colegiado con carácter consultivo para darle a los migrantes los instrumentos necesarios para la participación. Por esta razón, se ha consesuado un documento borrador con todas las entidades que han querido participar en el mismo y que ahora continuará su tramitación administrativa por parte del Gobierno local.