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El candidato popular, Juan Ignacio Zoido, celebrando su victoria electoral en la sede de su partido la madrugada del lunes. / Pepo Herrera
El Partido Popular repite el guion que ya escribió en mayo de 2007, cuando tras resultar la lista más votada en las elecciones municipales, pero sin mayoría suficiente, tendió su mano a Izquierda Unida para propiciar «el cambio que la gente pide». El entonces candidato Juan Ignacio Zoido no hacía ascos a pactar con el grupo de Antonio Rodrigo Torrijos, sobre el que decía que se habían tenido que tragar «muchos sapos» durante su gobierno con el PSOE. Incluso llegaba a afirmar que no había «desencuentro total» entre los programas de ambas formaciones. Como se recordará, el intento fue inútil. De hecho, Zoido no ha recordado esas supuestas bondades de IU durante este último mandato.
Como entonces, ayer el todavía alcalde anunciaba que emprenderá «una ronda de contactos con todas las fuerzas políticas con representación en la nueva corporación municipal» en el escenario político surgido en la capital andaluza después de las elecciones municipales, saldadas con una nueva victoria del PP, con 12 ediles, frente a los once del PSOE, los tres de Ciudadanos y Participa Sevilla, respectivamente, y los dos de IU.
A su juicio, «el resultado de las urnas le otorga la responsabilidad de formar gobierno y buscar acuerdos transparentes y estables, con el único objetivo de que los intereses de los sevillanos sea lo prioritario».
Teniendo en cuenta que con Ciudadanos no le es suficiente para alcanzar la mayoría necesaria, el PP tendría que tantear a los partidos de izquierda, incluido el PSOE, para mantener la Alcaldía, algo que se antoja bastante difícil, a tenor de las declaraciones de los líderes de estas formaciones, reacias a mantener a Zoido en el poder.
Lo ocurrido en 2007 puede traer a la memoria argumentos que entonces usaba el PP y que hoy podrían perjudicarle. «Cada voto que ha dicho no a Alfredo Sánchez Monteseirín es el de un sevillano que no quiere perder otros cuatro años más», proclamaba hace ocho años, así como que sus propuestas «no son ni de izquierdas ni de derechas».
Coaliciones «peligrosas»
Zoido hacía estas declaraciones a pesar de que horas antes había manifestado que las recientes coaliciones políticas –de partidos de izquierda– han derivado en «ruina y escándalos». En unas declaraciones a RNE recogidas por Europa Press, Zoido rechazó «volver a las coaliciones que han llevado a Sevilla a la ruina hace poco tiempo». Consciente de que las fuerzas de izquierda «tienen la tentación de hacerlo», defendió que «Sevilla está por encima» de eso y «ha vuelto a votar que no quiere escándalos». Así, volvía a defender que «lo más lógico» es que gobierne «la lista más votada». «He hecho lectura del resultado de ayer y estoy esperando llamadas de quienes han perdido las elecciones para sentarse a hablar», dijo el aspirante a un segundo mandato, que finalmente será quien levante el teléfono. «Sevilla no puede ser moneda de cambio», agregó.
Estas declaraciones las hizo antes de que se conociera cómo quedaba el 100% escrutado, después de que 15.000 votos quedaran el domingo sin cuantificar por un problema informático. Cuando esta incidencia seguía sin resolverse, el popular coincidía en la Cadena Ser con el candidato socialista, Juan Espadas, quien le recordaba que no podía declararse todavía vencedor, teniendo en cuenta que lo separaban pocos sufragios y quedaban aún 15.000 por contar. Ante esto, el alcalde le respondió que él siempre había aclarado que hacía estas afirmaciones en función de lo escrutado por el momento, no proclamándose vencedor definitivo aún. Sin embargo, su cuenta de Twitter (@zoidoalcalde) tenía escrito desde la noche electoral: «Muchas gracias a los sevillanos por darme su apoyo de nuevo para ganar las elecciones por tercera vez consecutiva. No os voy a defraudar».