Hoy se presentan los carteles

Las combinaciones definitivas de toros y toreros de la próxima Feria de Abril ya están en la calle pero en la semana taurina que se fue también se habló del encuentro de los dos hijos toreros de El Cordobés y del pulso hispano mexicano en la plaza de Málaga

21 feb 2017 / 10:36 h - Actualizado: 21 feb 2017 / 10:37 h.
"Feria de Abril","Observatorio taurino"

A 55 días del Domingo de Resurrección

La presentación oficial de los carteles del abono de la temporada sevillana es el inicio de la particular cuaresma taurina que sólo tendrá fin cuando suene el pasodoble Maestranza en la tarde del Domingo de Resurrección. La carrera de primicias, sorprendentemente ralentizada en esta ocasión, acabó acelerándose al finalizar la última semana. Pero los carteles filtrados, que no tenían validez oficial, aún estaban abiertos y sujetos a modificaciones. Castaño y Rafaelillo, presuntos matadores de la corrida de Miura, se quedaron compuestos y sin toros a cambio de la entrada de Nazaré y Esaú Fernández que, con Pepe Moral, darán color local al festejo de clausura. Y hablando de tono local, el último festejo desvelado era el mano a mano novilleril de Aguado y Rafa Serna que refuerza la idea de una alternativa otoñal para ambos en la feria de San Miguel, de la que sólo hoy conoceremos su nómina. Pero hubo otros cambios y modificaciones: se descolgó el nombre del rejoneador Andrés Romero, sustituido por el de Sergio Galán; Ferrera amplió su cupo a dos corridas sacando a Castella de la especulada de Jandilla. Sí permanecen ausentes toreros como Curro Díaz -el más reivindicado por el aficionado-, Iván Fandiño o Daniel Luque. De José Tomás -salvo sorpresa inesperada y alineación cósmica- nada se sabe. Mañana daremos un cumplido repaso de todo ello -con los carteles definitivos- en una doble página especial. Ya conocen el resto: las cuatro tardes de Morante y Manzanares sirven de espina dorsal al grueso de un abono en el que también brilla el nombre de Roca Rey. Pero ojo: aún podría haber sorpresas.

Casas & friends ganan la batalla de la Malagueta

Las quinielas no han dado sorpresas. Los nombres de Simón Casas, Toño Matilla, Martín Lorca, Ramón Valencia y Manuel Martínez Erice agrupados bajo el paraguas común de la empresa Toros Mediterráneo se impuso al grupo mexicano de Alberto Bailleres -apoyado en la arquitectura empresarial de Pepe Cutiño y los Chopera- para gestionar la plaza de La Malagueta. Ojo, la baremación del concurso dejó en segundo lugar al sevillano José María Garzón, fuerza emergente del empresariado taurino que ya lleva plazas como Algeciras o Granada. Lo que se había presumido un combate de dos evidenció algunas carencias. El reparto del mapa taurino español aún tendrá que esperar.

Algo más que una concesión al mundo ‘rosa’

La coincidencia de Julio Benítez y Manuel Díaz -tanto monta- en el mismo cartel, quién lo duda, es una buena oportunidad profesional para ambos. En el caso del más veterano, para apuntalar unas inevitables postrimerías que no tienen vuelta atrás. Por parte del benjamín, para salir del estancamiento de una carrera que aún no ha logrado despegar. Uno va de vuelta y el otro aún no ha llegado pero más allá de ese oportunismo -que es perfectamente legítimo- hay que ahondar en una hermosa historia humana que apunta al definitivo protagonista: el gran e irrepetible Manuel Benítez que habría dado el definitivo placet para el reencuentro de Morón desde su retiro voluntario de Villalobillos. El viejo Cordobés se ha liberado de muchas ataduras en los últimos tiempos y le ha hervido la sangre de torero y el orgullo de padre. Hay una historia por contar detrás del trampantojo del colorín y el papel couché que se resume en una vieja fotografía -cuidadosamente enmarcada en plata- que Manuel Díaz atesora en su casa de Cerro Negro. Suerte a ambos; gloria al viejo Califa. Y nos vamos, mirando con preocupación el cariz que está tomando el terrorismo antitaurino en Bogotá. La explosión de una bomba junto a la plaza Santamaría ha dejado un rastro de 30 heridos y un policía muerto. No hay reivindicación oficial pero el asunto apesta. Fuera caretas ¡Ya!