Se caracteriza William Shakespeare por la variedad de registros que utiliza en su lenguaje teatral -elegante e incisivo- y en éste texto, alejado de la intensidad psicológica y dramática de Hamlet o de Macbeth, destaca la arquitectura de ese lenguaje.
El desarrollo es una maquinación política como las que vemos hoy en los periódicos, aunque en ellos –claro- no las leemos así. Está el patriotismo y las argumentaciones para convencer al público, la amenaza como hecho retórico y el arte de amenazar. Están el honor y la guerra cuando ambos conceptos aún cabían juntos en una mente humana.
El dramaturgo inglés transforma el coro de los griegos en un intermediario entre diferentes realidades, la del público y la de los actores, en espera del advenimiento de la cuarta pared. Son por tanto telones de retórica, y la escenografía una arquitectura efímera formada de metáforas.
Como siempre en el Bardo de Avon hay humor, momentos de gran solemnidad, atmósfera histórica y algunos diálogos van creciendo paulatinamente en intensidad, preparando al lector/espectador para el trance de ingenio.
La batalla de Agincourt en torno a la que se crea la función dio una inesperada victoria a los ingleses sobre un número superior de tropas francesas, hizo variar la distribución de poderes en la Guerra de los Cien Años y abrió las puertas a la soberanía de los reyes de Inglaterra sobre importantes territorios en el continente.
Henry V, o The Cronicle History of Henry the fifth, fue escrita en 1599. Es famoso el llamado discurso del día de san Crispín, con el que Enrique anima a los suyos a la batalla, que ha inspirado destacadas arengas en el cine, como las de Braveheart, de Mel Gibson (1995) o Independence Day de Roland Emmerich (1996).
Calificación: Glorioso.
Tipo de lector: Shakesperianos y aficionados al texto teatral.
Tipo de lectura: Amena.
Argumento: Guerrero.
Personajes: Traidores o heroicos.
¿Dónde puede leerse?: En la campiña inglesa (sí, inglesa).