Todos dan la espalda a Griñán por hablar de «un gran fraude»

Chaves corrige a su sucesor y evidencia el cabreo en el seno del PSOE con el expresidente andaluz

14 abr 2015 / 21:55 h - Actualizado: 14 abr 2015 / 22:52 h.
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  • Chaves y Griñán cuando formaban parte del mismo gobierno. / José Manuel Vidal (Efe)
    Chaves y Griñán cuando formaban parte del mismo gobierno. / José Manuel Vidal (Efe)

«Si el fraude fue pequeño o grande, lo tendrán que determinar los jueces». Con esta rotundidad, y sin que ningún periodista le preguntara al respecto, el expresidente andaluz Manuel Chaves corrigió muy intencionadamente a su sucesor y viejo amigo, José Antonio Griñán, que una semana atrás, también ante la puerta del Supremo, había admitido que «no hubo un gran plan, pero sí un gran fraude», en referencia al caso ERE, por el que ambos han declarado como imputados.

La frase de Griñán, un político que tiene un estilo muy personalista de encarar los problemas, sacudió por dentro las tripas del PSOE-A y del actual Gobierno andaluz en funciones, incapaz de subrayar ni de entender ni de explicar ni de explicarse por qué su exjefe dijo lo que dijo. «Eso tendrá que explicarlo él», repitió ayer el portavoz en funciones de la Junta, Miguel Ángel Vázquez, usando la expresión consensuada también en el seno del PSOE para desmarcarse del expresidente andaluz. Hasta la fecha, todos los dirigentes socialistas preguntados por el caso ERE se han remitido al proceso judicial, sin entrar a valorar si el fraude asciende a 50 millones o a 800 [la jueza Alaya, y ahora el Supremo, debe determinar la dimensión del fraude en la concesión de ayudas sociolaborales por parte de la Junta entre 2000 y 2012].

Griñán dimitió como presidente de la Junta acosado por el caso ERE en septiembre de 2013, reconoció meses después de abandonar el cargo y cedérselo a Susana Díaz. Pero la responsabilidad política aún le persigue a él, a su sucesora y al PSOE andaluz, a quienes el caso ERE, que estalló hace cuatro años, aún les dificulta el poder formar un nuevo gobierno pese a haber ganado las elecciones del pasado 22 de marzo. El PP, Podemos y Ciudadanos condicionan cualquier tipo de acuerdo para facilitar la investidura de Díaz a que Chaves y Griñán dimitan de sus escaños en el Congreso y en el Senado. Los socialistas están capeando la presión, insistiendo en que será el Supremo quien dirima la responsabilidad judicial de los dos expresidentes, y que la responsabilidad política ya la asumió el propio Griñán cuando abandonó su cargo. Pero la oposición no transige con esta explicación, y cuando el expresidente Griñán calificó el caso ERE de «gran fraude» ante la atención mediática de todo el país, los socialistas entraron en barrena. La indignación no se disimuló, aunque se camufla con duras críticas al expresidente desde el anonimato en los medios.

La frase de Griñán daña al PSOE andaluz y también al federal, dado que las críticas que Pedro Sánchez lanza a Mariano Rajoy en el Congreso por el caso Bárcenas y por la trama Gürtel siempre son respondidas por el presidente del Gobierno con el caso ERE de Andalucía. Pero en el PP no hay ningún miembro que haya dicho ante los micrófonos y las cámaras que, en efecto, el supuesto caso de financiación ilegal del partido que gobierna España es «un gran fraude». Chaves, presidente andaluz entre 1990 y 2009, desautorizó ayer las palabras de su antiguo amigo y sucesor, y evidenció la fractura abierta entre Griñán y la Junta, el PSOE andaluz y el federal. Éste estuvo en primera línea de las tres instituciones, como presidente del gobierno andaluz y del PSOE federal, y como secretario general de los socialistas andaluces. Ahora todos le han dado la espalda.