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María Kodama, junto a Antonio Pulido, en la inauguración de la exposición. / Fotos: Manuel Gómez -
Manuscrito de Borges. -
Las piezas expuestas proceden del museo del escritor. -
La muestra llega a Sevilla, ciudad donde Borges dijo «ser feliz» en el 30 aniversario de su muerte.
«Ansío aún crearte un poema / Con la cadencia adámica de tu oleaje, / Con tu salino y primeral aliento, / Con el trueno de las anclas sonoras ante Thulés ebrias de luz y lepra...» La revista Grecia daba cobijo, en su edición del 31 de diciembre de 1919, a este poema, Himno del mar. Era el primero de cuantos en su vida escribiría Jorge Luis Borges (1899-1986). Y lo concibió durante el invierno entre 1919 y 1920, que pasó en Sevilla. Aquella conexión hispalense ha servido como pretexto animador para la puesta en marcha, por parte de la Fundación Cajasol, de la exposición El infinito Borges, que se ha inaugurado en la Sala Murillo.
Se trata de una muestra que rinde homenaje al escritor argentino con motivo del 30 aniversario de su muerte, acercando al público todo su legado, más de 300 piezas procedentes del fondo del Museo del Escritor de Madrid, «algunas de ellas prácticamente inéditas», según el comisario Claudio Pérez. Vista en perspectiva estamos ante una muestra que exige detenimiento y que permite corroborar cómo Borges, además de novelista, desarrolló una ingente labor como conferenciante, crítico y articulista; imantando con su prosa trabajos cinematográficos, musicales y plásticos.
Dividida en más de veinte apartados, en ellos se van desarrollando diferentes aspectos como la familia, la obra literaria, los libros escritos en colaboración, las conferencias, antologías literarias, proyectos editoriales y su relación con el cine. Cada uno de estos ejes se conforma de diferentes tipos de piezas exhibidas. No se ha hecho un sector con las fotografías, otro con los libros, documentos y demás, sino que se han utilizado todos ellos para desarrollar cada tema.
Durante la presentación, el presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, afirmó que «es un placer abrirle las puertas de la ciudad, en esta sala de exposiciones a esta muestra que es, seguramente, una de las que con más profundidad y extensión han abordado la obra y la trayectoria vital del escritor argentino, un autor clave de la literatura universal cuyo legado literario no ha dejado de crecer después de su fallecimiento».
Además, Pulido recordó dos elementos que vinculan al escritor con Sevilla, como la influencia que sobre él ejerció Rafael Cansinos Assens, al que se refería como su maestro, y la conferencia que el autor de El Aleph ofreció en el Hospital de los Venerables en 1984. Por su parte, María Kodama, viuda del escritor, y presente en la inauguración se mostró, con su habitual media voz, «feliz» de estar en Sevilla. «El infinito Borges es un proyecto que pretende abrir, dentro de las posibilidades de una exposición y a través de diferentes bloques temáticos, las diferentes facetas de la obra de Borges, aquí solo hay una pequeña parte, significativa, desde luego, de todo lo que atesora el Museo del escritor», abundó después Claudio Pérez, comisario junto a Raúl Manrique.
Por último, Claudia Capel, coordinadora de la exposición, agradeció a Pulido el haber aceptado su sugerencia de acoger el proyecto y recalcó el valor añadido que ha otorgado a su puesta de largo la presencia de María Kodama, que ha viajado desde Buenos Aires expresamente para ello.
El contenido de la exposición está formado por todas las primeras ediciones de sus libros, incluyendo los escritos en colaboración, grabaciones, filmaciones, conferencias, carteles de cine, dibujos y pinturas originales que ilustraron sus trabajos y objetos personales. El infinito Borges forma parte de los homenajes enmarcados dentro del 2016 Año Borges que se realizan en diferentes ciudades del mundo como Buenos Aires, Nueva York, Madrid, Ginebra, París, Praga.