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La periodista y novelista Mara Torres, fotografiada en la Plaza Nueva de Sevilla hace unas semanas. / Jesús Barrera
Su conocimiento de la realidad, del aquí y ahora, bien podría haber llevado a Mara Torres (Madrid, 1974), periodista y presentadora de La 2 Noticias, a publicar una segunda novela –tras haber sido finalista del Premio Planeta en 2012 con La vida imaginaria– que conectara con sucesos o personalidades de nuestro mundo actual. Sin embargo, en Los días felices (Planeta), Torres ha planteado una historia sencilla –solo en apariencia– sobre el paso del tiempo. «Intenté escribir otra cosa, pero no me sentí orgullosa de ello, así que opté por este relato, por ahora solo me interesa la sencillez, los relatos muy naturalistas, con los que todos podamos sentirnos identificados». «Todo lo que pasa en esta novela pasa por la mirada de Miguel, incluso mi papel como escritora pasa antes por él», relata la autora, quien creó el universo y la vida de su protagonista desde sus 20 años, hasta los 40, punto de partida del relato, lo que le obligó a ser «extremadamente coherente» para que una historia que avanza mediante grandes saltos cronológicos no naufragara.
Su determinación, hacer de Miguel el centro de la novela, le llevó a narrar la vida de su personaje como si lo conociera en la vida real –a pesar de que, recalca, es inventado– a partir de recordar la forma en la que celebró su cumpleaños cada cinco años durante las «dos décadas más cambiantes para todos», según Torres, «porque a los 20 uno lo celebra con todos sus colegas, y a los 40 puede que tranquilamente con la familia, o totalmente sólo, es una etapa vital llena de cambios; posiblemente dos de las décadas más intensas en la vida de una persona».
«Antes de los 20 años la gente no habitúa a enfrentarse a grandes problemas, digamos que, hasta los 40 acontecen las situaciones que te hacen replantearte la vida. En la novela quería mostrar el sentimiento de inmortalidad que vivimos en las edades más tempranas pensando que la vida no tiene final, pero, conforme pasa el tiempo nos damos cuenta de que la vida no es definitiva, y en eso consiste la vida, en el hecho de vivir», reflexiona Torres. «La vida es solo eso, vida», le dice Claudia –otro personaje central– a Miguel; y es en esta frase, con su rotunda sencillez, donde se encierra la esencia del libro. «Solo vida, ni más ni menos», remacha la escritora y periodista.
Aunque Los días felices aborda el tema del amor y las relaciones como eje fundamental, en el libro también «deja una huella impresa» el tema de la pérdida y de vivir, sobre todo, vivir la vida porque «nunca volveremos a ser jóvenes». Sin embargo, no hay melancolía en el relato, y si la hay esta se esparce sutilmente. No es la prosa de Torres dada a grandes agitaciones. Y al igual que ella se ha evadido con la escritura de la novela, su objetivo no es otro que el lector pueda «desconectar y pasar un buen rato» con el convencimiento de que encontrará conexiones con su propia vida porque es muy fácil, dice, «que encuentre paralelismos» con la historia que cuenta. El título de la novela, explica, no significa que hable de la felicidad pero tampoco de la infelicidad y considera que «lo que hay que enfrentar a los días felices es con los días de ausencia de dicha». Por cierto, una productora ya ha comprado los derechos del libro, por lo que en el futuro, Miguel saltará a la pantalla.
«LOS OYENTES ME ENSEÑARON A HACER DIÁLOGOS»
De su extenso paso radiofónico por las madrugadas de la SER en el programa Hablar por hablar, Mara Torres se lleva una lección: «Los oyentes me enseñaron a hacer diálogos». Fueron centenares de historias a las que prestó micrófono. Por eso mismo, también ella en las páginas de Los días felices ha volcado algunas de sus propias experiencias, aunque se muestra renuente a desvelar cuánto de autobiográfico hay en ellas. «Hubiese sido incapaz de escribir la novela si no me hubiesen pasado según qué cosas en los últimos años de mi vida», dice cortando ese fleco de la conversación. Estos días, volcada en la promoción, solo desea «encontrarse con los lectores» y ver cómo su nueva novela retrotrae a muchos a sus propios días felices.
LIBRO DE LECTURA EN INSTITUTOS
En su todavía modesto recorrido, la novela de Mara Torres se ha revelado como «una lectura didáctica» ya que «a partir de la idea de un profesor del colegio Público Colombres (Asturias), Los días felices forma parte de las lecturas trimestrales de los alumnos de cuarto de la ESO, a lo que se le han sumado otros dos colegios», según cuenta la propia autora, quien comprueba cómo su relato también interesa a los adolescentes.