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El vocalista de Alameda, Pepe Roca, en una imagen de archivo de 2014. / Carlos Hernández -
Una foto histórica de Alameda, tomada a finales de los 70. / El Correo
Sevilla impone a Alameda. «Hasta Paco de Lucía tocaba regular cuando lo hacía aquí», recuerda Pepe Roca, cantante del grupo, poniendo la tirita por lo que pudiera pasar. Que no pasará nada. Nada malo. Porque Alameda lleva siendo un estandarte del rock andaluz desde finales de los 70. El concierto de esta noche en la Sala X (calle José Díaz 7, 21.00 horas, entradas, 18 euros) será un revival de todos los clásicos de la banda. Porque a estas alturas, ellos son de los pocos que no necesitan «vivir de novedades».
Su último disco, Calle Arriba (2008), ya tiene solera. Y por ahora no hay otro en perspectiva. «La industria discográfica en España es inexistente para una propuesta como la nuestra; e internet ya nos queda grande. Además, no hacemos más canciones por filosofía», avanza. «Hoy día algo pasa a ser viejo de un año a otro; y no soporto que eso sea así», afirma el vocalista. Esa es una razón, la otra es que cada vez que ataca un tema como Aires de la Alameda, por más veces que lo haya hecho, sigue haciéndolo «con mucho gusto»: «No la canto igual jamás, siempre es distinta, todos los músicos nos empeñamos en ofrecer directos potentes y diferentes, porque cuanto más edad tenemos más nos impone estar ahí arriba. Y la energía es la misma, estemos ante 30 o ante 3.000 personas», dice.
Alameda tuvo unos orígenes diferentes a los habituales. Porque se gestó en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla. Roca estudiaba guitarra y violonchelo, Rafael y Manuel Marianelli, piano; y Manolo Rosa tocaba el contrabajo. Por eso pronto dijeron que querían reivindicar «con modestia» el nacionalismo musical español, los Falla, Albéniz, Granados, Turina... «Nos influyó la música clásica, también el rock y el flamenco, por supuesto, y nos costó mucho despojarnos de tanta música inglesa y norteamericana como respirábamos», detalla echando la vista atrás. Todo aquello eclosionó en algo nuevo, parecido pero poderosamente distinto del sonar de otras bandas que hoy forman parte de eso que se ha dado en llamar rock andaluz. Triana, Medina Azahara, Imán Califato Independiente, Guadalquivir o Tabletón, entre otras. «Pusimos los cimientos del rock en Andalucía e hicimos algo tan impopular como cantar en español», asegura Pepe Roca.
Aquel fue un peaje que todavía hoy están pagando. «Creo que existe algún tipo de acuerdo secreto para que nuestra música no se programe. Es como si nuestra historia no hubiera existido. Nadie nos reivindica. Pero las canciones de Alameda han marcado a tres generaciones, las mismas que hoy se reúnen en nuestros conciertos», pone como ejemplo.
«Somos mucho menos ricos de lo que pudimos ser, pero también somos más libres. Alameda nunca ha desaparecido del todo, pero sólo vuelve cuando siente que tiene que hacerlo. Mientras, el resto del tiempo, seguimos con nuestras historias personales, yo vivo donde el aire se da la vuelta, pero siempre he valorado más la posibilidad de tomarme unas cervezas con unos buenos amigos que vivir en una ciudad importante con grandes edificios y monumentos», concluye la voz más reconocible de un grupo autor de discos como Aire cálido de abril, Dunas e Ilusiones.