Un cautivador poema visual en torno al mito del doble donde el flamenco, el folclore hispanoamericano y la música contemporánea entablan un diálogo sumamente hermoso y evocador. Es lo que proponen Florencia Oz y David Coria con este espectáculo, con el que la bailaora chilena obtuvo el premio Artista Revelación en la XXV edición del Festival de Jerez.
Florencia Oz e Isidora O’Ryan son hermanas mellizas, pero mientras la primera se sintió atraída por el baile y acabó atrapada por el flamenco, la segunda se adentró en el terreno de la música contemporánea. En ese sentido, parece que ambas cultivan disciplinas opuestas, aunque en este espectáculo se dirían que son complementarias.
Es habitual que los hermanos mellizos sientan, al dejar la infancia, la necesidad de distinguirse como un solo ser, algo que no es fácil, teniendo en cuenta que se han criado haciéndolo todo juntos y a la vez. Así, aunque por una parte quieren ser solo uno, a menudo repiten esquemas, deseos y obsesiones, aun dedicándose a tareas diferentes. Es lo que refleja con exquisita belleza este espectáculo, cuya coreografía entra y sale de la simetría sin romper en ningún momento el equilibrio y la armonía que presiden el discurso dancístico y musical y la puesta en escena, cuya estética minimalista confirma que, en ocasiones, “menos es más”.
Así, mientras Isidora canta con una voz de puro almíbar que va de unos tonos bajos delicados y tímidos a unos altos desafiantes, Florencia pasa de las vueltas quebradas que retuercen su cuerpo a compás del chelo, al braceo poderoso y el taconeo limpio y virtuoso a compás de los fandangos y la seguiriya que marca la música grabada y que, en un momento del espectáculo su hermana, y ella misma, reproducen tocando una pequeña mesa recubierta de panderetas con un número de impecable técnica y expresividad.
Cabe destacar la combinación de la música grabada con los números musicales que interpreta Isidora, tanto con el chelo como con las canciones que Florencia baila a compás, como si de un palo flamenco más se tratara. Algo que llega a su cenit en el número de las guajiras, que colmó nuestros sentidos de una belleza etérea que nos hizo salir a todos flotando al término del espectáculo.
Obra: Antípodas
Lugar: Cortijo de Cuarto/Festival Internacional de Danza de Itálica
Idea Original: Florencia Oz y David Coria
Dirección: David Coria
Coreografía, diseño de vestuario: Florencia Oz
Colaboración coreográfica: Eduardo Martínez y David Coria
Música e interpretación: Isidora O‘Ryan
Baile: Florencia Oz
Calificación: ****