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El defensa del Athletic de Bilbao Mikel Balenziaga disputa un balón con el centrocampista Joaquín Sánchez, del Real Betis. / Efe
Joaquín Sánchez, protagonista este martes por un rifirrafe en la estación de Santa Justa con un aficionado que le increpó, ha reflexionado públicamente en su localidad natal, El Puerto de Santa María, sobre la actualidad del Betis. El gaditano ha reconocido el «dolor» que le produce la derrota encajada en Leganés y admitía que «el vestuario está jodido, es una sensación extraña. Han sido dos varapalos gordos y ante equipos que duelen mucho más. Estamos en un momento en el que hay que mirar hacia adelante y sacar el orgullo que cada uno tenga, saber el escudo que llevamos y que la afición que tenemos está por encima de todo lo demás. Con esa imagen e idea vamos a entrenarnos y a trabajar hasta el último día. Ya ni el perdón vale, hay que amarrarse los machos, tirar de amor propio el que tenga y al que le duela y terminar de la mejor manera posible».
Entiende Joaquín que Ángel Haro esté enfadado: «Son momentos difíciles, él es el presidente y como tal tiene que hablar. Todo lo que dijo ayer lo hizo mirando por el bien del Betis, de la afición y por todo lo que supone llevar este escudo encima. Tenemos que acatar lo que diga y nosotros dedicarnos a jugar y a trabajar. En estos dos partidos que faltan tenemos que saber la camiseta que llevamos y que somos profesionales». Y respira el vestuario, puesto que «dentro de malo no nos estamos jugando la permanencia. Más que duro, que también, es un momento raro. Es verdad que no vamos a sufrir pero la imagen es muy triste y eso para un profesional no vale. Tenemos que terminar la temporada sabiendo el escudo que llevamos y hacerlo lo más honradamente posible por el Betis y por la afición y por lo que representamos».