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De la relación entre el huso horario y el horario laboral

La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles defiende que situarse en el horario de Londres provocará un cambio de hábitos que beneficiaría la conciliación laboral y familiar

05 abr 2017 / 23:02 h - Actualizado: 05 abr 2017 / 23:03 h.
"Mercado laboral","Conciliación"
  • Llevar y traer a los hijos a la guardería, un problema clásico de las familias españolas. / Carlos Hernández
    Llevar y traer a los hijos a la guardería, un problema clásico de las familias españolas. / Carlos Hernández

Que la conciliación real de la vida familiar y la laboral depende directamente del empleo es una obviedad. Que además de la seguridad y el salario, es fundamental el horario y la flexibilidad que la empresa o institución empleadora dispongan, otra. De ahí que la cuestión de la conciliación ocupe un lugar central en el debate sobre la necesidad de que España cambie de huso horario.

El colectivo que con más fuerza defiende el cambio de huso para España, la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE), habla de una mejora directa en la facilidad de conciliar la vida laboral y la familiar si España dejara de tomar como referencia el horario de Berlín y adoptara el de Londres. Entre otras cuestiones porque, en su opinión, acarrearía cambios en los horarios en los que de manera habitual se vive, y se trabaja, en este país.

«Indudablemente, horarios no racionales como los existentes en la práctica y usos de nuestro país no favorecen la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres, y mucho menos la conciliación de la vida laboral con la personal y familiar, siendo los principales perjudicados sin lugar a dudas las mujeres y los y las menores», resume la ARHOE.

La comisión defiende su pretensión de cambiar el horario con numerosos argumentos, algunos de ellos directamente vinculados con la mejora en la vida personal que supondría para quienes desean llevar una vida familiar satisfactoria sin que ello se traduzca en una pérdida de oportunidades laborales. En su manifiesto concretan que «para hacer un mejor uso del tiempo es imprescindible que en España cambiemos nuestros horarios», porque «las madres y los padres deben disponer de tiempo para convivir y dialogar con sus hijos, interesarse por sus sentimientos y sus problemas, y ofrecerles un sólido apego».

Lo habitual ahora mismo es poco menos que lo contrario. «Las horas de presencia no garantizan una mayor eficiencia», recuerdan en AROHE sobre un problema bien conocido en las relaciones laborales nacionales. Completan su afirmación explicando que «las jornadas laborales prolongadas perjudican la calidad de vida de las personas y no son rentables para las empresas». Algo distinto habrá que hacer, insisten, dadas sus conclusiones.

En un sentido muy similar se expresó la subcomisión para el Estudio de la Racionalización de los Horarios, la Conciliación de la Vida Personal, Familiar y Laboral y la Corresponsabilidad, que trabajó durante la pasada legislatura, sin que su informe final haya servido hasta ahora para gran cosa. Básicamente, propone retornar al meridiano de Greenwich porque eso favorecería una reorganización de la jornada laboral habitual en España que haría posible que los trabajadores dispusieran de más tiempo para pasar con su familia. Es decir: que si los trabajos, de manera general, acaban antes, las familias tendrán más tiempo para pasar juntas.

Sucede con este asunto que, tras años de debate, han acabado por mezclarse dos cuestiones: el mero cambio de uso horario y la racionalización de los horarios laborales. Son temas que pueden estar conectados, pero temas distintos. De manera general, sí existe consenso en que salir del trabajo a las seis de la tarde, y no a la hora a la que tanta gente acaba su jornada en España, ayudaría a las familias. Y en la importancia de la flexibilidad, evidenciada con un ejemplo clásico: los malabarismos que tantas parejas se ven obligadas a realizar para dejar a sus hijos en las guarderías o en el colegio desaparece cuando los menores empiezan a ir solos a su centro escolar. De manera que esa necesidad de años desaparece llegado un determinado momento, y a la empresa no le supone nada negativo que sea la propia familia la que se adapte a sus circunstancias.

En la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles sí vinculan ambas cuestiones de forma directa. Ellos insisten en que ese cambio de horario supondría un cambio de hábitos, lo que acabaría por traducirse en un cambio de estilo de vida, más favorable a la conciliación laboral.

La Subcomisión para el Estudio de la Racionalización de los Horarios y la Conciliación desciende a cuestiones concretas que cree que mejorarían si la jornada laboral fuera diferente. Resalta la necesidad de poner el foco en la conciliación y la corresponsabilidad para, a partir de ahí, revisar el actual tratamiento normativo de cuestiones clásicas, y vitales, en el ámbito de la conciliación, como el permiso de lactancia, la reducción de jornada y la petición de excedencia para el cuidado de hijos e hijas o la implantación de un permiso de corta duración para indisposiciones temporales infantiles, tanto para mujeres como para hombres.

En resumen, se trata de incentivar por la vía legislativa una mejora que también las empresas deberían estar dispuestas a asumir. Y otra cuestión, no menor: una opción que ya ha funcionado en algunos casos es incluir los aspectos relacionados con la conciliación en la negociación colectiva.

El cambio horario, un debate por resolver

El debate sobre la conveniencia del huso horario que debería tener España está abierto. España, con excepción de las islas Canarias, tiene la hora de Europa central, lo que quiere decir que el horario oficial marca un adelanto de una hora respecto a la hora solar en invierno, y de dos en verano. La Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE) es la más ferviente defensora del cambio de horario, de manera que España se rigiera con el mismo horario que la Europa occidental, el horario GMT. Defendió esa misma opinión la Subcomisión para la Estudio de la Racionalización de los Horarios puesta en marcha en 2013, que en su informe pidió ese cambio de horario con argumentos que incluían una influencia positiva en la conciliación de la vida laboral y la familiar. Este movimiento fue contestado a comienzos de este mismo año por diversos físicos de distintos puntos de España, que insistieron en que ese cambio de huso horario no supondría ningún beneficio, tampoco en conciliación.