Se revela el ‘testamento’ de Fidel

La disidencia cubana celebra en París una ‘performance’ en la que piden reconciliación para Cuba

25 ene 2018 / 11:20 h - Actualizado: 25 ene 2018 / 11:51 h.
"Fidel Castro"
  • El público que asistió a la representación. / El Correo
    El público que asistió a la representación. / El Correo
  • El ron, siempre presente. / El Correo
    El ron, siempre presente. / El Correo

En medio de gran expectación, en una sala abarrotada de público, se pudo escuchar anoche, en una sala del Centro Pompidou de París, la voz de Fidel Castro transmitiendo sus últimas voluntades. En este inesperado testamento político, el líder cubano se dirige a sus compatriotas –a todos– recordando los momentos cruciales vividos en el país durante la última mitad del siglo XX, asume los fallos del régimen como responsabilidad suya, pide perdón por los errores cometidos, y llama a una reconciliación entre los cubanos.

La comunicación del testamento se enmarca en el ciclo La nación y sus ficciones, organizada por el centro de arte francés. Es una acción del artista Luis Manuel Otero Alcántara, y la comisaria Yanelys Núñez Leyva, bajo el título Otro tratado de París, en una performance política propuesta por la curadora franco–canadiense Catherine Sicot, y apoyada por el Consejo de las Artes de Canadá.

Otero y Núñez residen en La Habana y son los responsables del Museo de la Disidencia en Cuba, un proyecto surgido de una residencia del artista cubano en Las Naves del Matadero de Madrid, en 2016, con el que pretenden canalizar el descontento de la juventud cubana ante la situación social y la ausencia de libertades. En estos momentos organizan la Bienal alternativa de La Habana, como reacción a la suspensión de la muestra oficial por el gobierno cubano. Luis Manuel Otero ha sido considerado como una de las caras más relevantes de 2017 por el Diario de Cuba, y es conocido en la isla por acciones como La mulata, Diario de un verano indio, Con todos y para el bien de unos cuantos llevada a cabo esta última en el hotel Manzana Kempinsky de La Habana, así como por la Peregrinación a San Lázaro, por la que fue detenido y encarcelado brevemente el pasado 14 de diciembre, detención que ha sido protestada por el Instituto Patmos, y elevada al Alto Comisariado de las Naciones Unidas en Ginebra.

Asistieron al evento los artistas, así como personalidades del mundo artístico francés, y miembros de la disidencia cubana en París.



‘OTRO TRATADO DE PARÍS’ (EXTRACTO)

Quiero dirigirme, en fin, a todos los que me acompañaron en mi arduo recorrido por la Historia de nuestro país sin importar de qué lado de la trinchera estuvieran: en el Moncada, en la Sierra, en Girón, en la Crisis de Octubre, en el Escambray, en las UMAP, en Angola, en Etiopía, en la Embajada del Perú, en el Mariel, en la Causa Número 1 de 1989, en el Maleconazo, en la Crisis de los Balseros, en los desfiles dominicales de las llamadas Damas de Blanco. ¡En cada uno de esos momentos siempre hubo cubanos dispuestos a derramar su sangre o la del prójimo, sin importar si tenían o no la razón! (...)

Pero también en nuestro esfuerzo por construir una sociedad nueva hemos cometido errores y excesos que nos deben obligar a la reflexión para evitar repetirlos en el futuro. (...)

Podría decirse incluso que jamás en la historia de este país se ha sufrido de un gobierno tan arbitrario y criminal como el mío; o que ninguno de nuestros gobernantes gozó de tanto poder como yo ni le dio un uso tan abusivo a ese poder. (...)

¡Tengo que culparme a mí mismo! Porque, si absoluto fue mi poder, absoluta deberá ser también mi responsabilidad ante las dificultades que les he causado. (...)

Pedir disculpas a todos los que han resultado lastimados por mis acciones y decisiones. Pero también quiero pedir disculpas a los que me obedecieron y me siguen venerando todavía. Discúlpenme si los he convertido en la peor posibilidad de sí mismos: en represores, en informantes, en expertos en diferentes variantes de la miseria humana. (...)

Pido disculpas por calumniar el pasado de esta Nación solo para enaltecer el presente que les ofrecía; disculpas por todo el futuro que les pude negar.

Pido disculpas si retorcí el carácter del cubano, si fomenté sus egoísmos y bajezas; quiero disculparme por estimular la adulación y perseguir la crítica.

Quiero pedir disculpas por destruir el sentido de ciertos conceptos y palabras: por convertir lo bueno en malo y lo malo en bueno; por perseguir la decencia y premiar la vileza; por asociar la nación a mi régimen y convertirme a mí mismo en sinónimo del país. Disculpas por convertir la patria en un sinónimo de muerte.