Otro 30 de mayo, festividad del Santo Rey Fernando III, popular patrón de Sevilla, el consistorio ha hecho entrega de las medallas de la ciudad a distintas entidades y personalidades, varias de ellas vinculadas al mundo de nuestras hermandades y cofradías. El acto ha tenido lugar, como en los últimos años, en FIBES, y han tenido un especial protagonismo las hermandades del Cristo de Burgos, Pino Montano y Santa Marta.
Alberto Martín Pérez, como hermano mayor del Cristo de Burgos, ha recibido de manos del alcalde, Antonio Muñoz, la medalla de la ciudad para su corporación, al ser ésta un ejemplo por su labor de conservación y cuidado del patrimonio y la tradición. Más tarde, ha sido el hermano mayor de Pino Montano, Víctor Manuel Cruz Lozano, el siguiente en recibirla para su hermandad, galardonada por su capacidad para crear vínculos en el barrio y cohesión en el vecindario, mediante acciones de solidaridad y cultura. Esta trilogía se ha cerrado cuando al hermano mayor de Santa Marta, Antonio Távora, le ha entregado Muñoz esta distinción en los setenta y cinco años de la fundación de esta cofradía que destaca por su dedicación a la caridad, y su asistencia a los más desfavorecidos ha sido constante y remarcada con la 'Misión Ucrania' de ayuda a las personas refugiadas del pueblo ucraniano.
Tampoco faltó el homenaje al colectivo de los capataces y los costaleros de Sevilla, que ha recibido la medalla por su papel de cohesión entre las diferentes cuadrillas y de defensa de una tradición que aporta armonía a las procesiones sevillanas. La ha recogido el hermano mayor de Madre de Dios del Rosario, el capataz Manuel Vizcaya López, ya que será esta corporación letífica de Triana la que conserve y custodie este galardón que portará su titular mariana al ser ésta la patrona de los capataces y los costaleros desde el año 1955.
La medalla la han recibido otras personas queridas y allegadas al mundo cofrade. Así, con una gran ovación se la ha entregado el alcalde al columnista, comunicador y escritor Paco Robles, que la recibe por su mirada crítica y comprometida con Sevilla, desde el conocimiento de su literatura y su cultura popular. Así mismo, a la doctora en Historia del Arte Rocío Plaza Orellana, como referencia para los estudios de la cultura y el folclore populares, con especial atención al flamenco, las artes escénicas y especialmente el lugar de las mujeres, también le ha sido impuesta esta medalla, hallándose actualmente escribiendo y publicando sobre los orígenes modernos de nuestra Semana Santa. Finalmente se le ha ofrecido a José de la Tomasa, heredero de una estirpe del cante que lleva años considerado como uno de los grandes cantaores, con una interpretación auténtica del flamenco de profundo sabor antiguo.
