A Dios rogando

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13 mar 2016 / 21:51 h - Actualizado: 13 mar 2016 / 21:51 h.
"Religión","Viento Sur"

Lo entiendo. Juro o prometo que lo entiendo. Los creyentes están tan convencidos de la bondad de su fe que no suelen entender que exista gente que no crea lo mismo. Así que unos juegan a evangelizarnos y otros pretenden aplicarnos el yihad, salvadas sean las diferencias que no siempre lo fueron a lo largo de la historia.

Lo que no me cabe en la razón es que, con la pintoresca equidistancia de los tiempos que corren, presuman que buscamos que renieguen de sus dioses quienes entendemos que el Estado debe ser laico con independencia de los credos de sus habitantes. Todo lo contrario, más bien. Si hay sitio en los cielos para todos los santos, ¿cómo no va a haberlo en la tierra? Quintín Cabrera cantaba una copla tradicional uruguaya que viene al pelo para tales menesteres: Yo soy del culto cristiano,/ vos sos del culto judío,/ si yo no te toco el culto,/ ¿pa qué me tocas el mío? ¿Realmente puede entenderse como persecución religiosa reclamar que los líderes políticos no utilicen las ceremonias religiosas como reclamo electoral y que, a la viceversa, los religiosos no exhiban a los representantes públicos de todos como si fueran exclusivamente suyos? ¿Comprenderían aquellos que gustan que los legionarios y los guardias civiles acompañen a las procesiones de Semana Santa que también lucieran uniforme los viernes del rezo en las mezquitas? Soy ateo pero no tengo nada en contra del Jueves Santo cristiano ni del Año Nuevo chino. Mi cultura me une al primero y mi curiosidad al segundo. Me encanta que existan calles que se llamen Sor Juana Inés de la Cruz, Santa Teresa, avenida Virgen del Carmen o San Juan en todas sus advocaciones. Pero comprendan que me toque la ropa si me topo con la calle Beato Diego –a Dios rogando pero con el mazo dando– que consideraba lícita la esclavitud, la Inquisición, el origen divino de los reyes y creía que era legítima la violencia contra las ideas disolventes de la Ilustración. Hasta los descreídos, ya lo ven, tenemos nuestras intransigencias.