La vida del revés

Abortar con 16 años

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08 oct 2020 / 13:50 h - Actualizado: 08 oct 2020 / 14:51 h.
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  • Irene Montero. / EFE
    Irene Montero. / EFE

Tengo cuatro hijos. Los tres mayores son varones. La pequeña tiene casi 14 años. Y deseo que si tienen algún problema, si se encuentran en una encrucijada, antes de ser mayores de edad o siéndolo ya, puedan hablar conmigo desde la libertad más absoluta. Creo que de eso va lo de ser padre. A pesar de los conflictos que podamos tener con los hijos (cuarenta mil) siempre estamos en el lugar exacto para poder echar un cable.

Mi opinión sobre el aborto la conocen los que me leen. Nunca la he escondido y he tratado de trabajar para tener un criterio sobre el asunto que fuera, por lo menos, coherente con mi forma de vida y con mi ética y moral. Y, por ello, no puedo ocultar mi rechazo más absoluto a lo que ayer dijo la ministra Irene Montero.

Irene Montero me parece una mujer muy limitada en el ámbito político; su preparación se sostiene sobre la lectura de dos o tres manuales sobre el feminismo y poco más; su discurso tiende al victimismo como hilo conductor y al sectarismo más estúpido para dejar fuera a las mujeres que no piensan como ella (como si no fueran mujeres pensando lo que les da la gana). Irene Montero pontifica para dar consistencia a lo que dice sin saber que una idiotez lo es aunque grites mucho. Es una política muy mediocre y sus ideas hacen juego.

Una niña de 16 años debe hablar con sus padres cuando está en problemas. Y si sus padres son terribles o forman parte del problema, una niña de 16 años debe hablar con un adulto que le pueda aconsejar. Una niña de 16 años no puede tomar la decisión de abortar, o no, después de hablar con una amiga o tras leer una revista. Abortar es una tragedia y eso son palabras mayores. Si decide abortar después de escuchar la opinión de los adultos (padres, sicólogos, orientadores...) que lo haga, pero eso de abortar sin pensar mínimamente lo que va a ocurrir y las consecuencias que eso puede tener no es un buen plan. Ya dije en su momento que ‘la mujer no es un recipiente de fetos que suministre mano de obra al país y sí una persona libre con todo el derecho a decidir’, pero los niños deben ser protegidos hasta el máximo posible. Y esto lo debería tener en cuenta la señora Montero.