Ojana in Excelsis

Aforando, que es gerundio

Nos están robando la Semana Santa de la calle en pos de una seguridad que se incumple en la Carrera Oficial.

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Juanmi Vega @Juanmivegar
05 mar 2020 / 05:30 h - Actualizado: 05 mar 2020 / 05:30 h.
"Semana Santa","Ojana in Excelsis","Cuaresma 2020"
  • Cuadro de Pasión saliendo con los disciplinantes. / José León
    Cuadro de Pasión saliendo con los disciplinantes. / José León

Primera prueba de fuego pasada con ¿éxito? en el Víacrucis de las cofradías. Hemos tenido calles aforadas con menos público que fuentes para beber agua. Más Policía que en el cortejo de la cabalgata. También hubo plus de empujones, momentos de tensión y hasta uno que fue agarrado por el cuello de la camisa por estar en un lateral de la calle.

Hemos vendido nuestra alma al diablo y regalado las calles, lo único que le quedaba al pueblo, en pos de una seguridad que se incumple sistemáticamente en la Carrera Oficial. Una bulla es insegura, pero una ratonera compuesta por sillas, en las que no te cabe el culo entero porque están recortadas, es el paradigma de la seguridad. Sí, el FBI va a venir a estudiar nuestro sistema para implementarlo ellos el día de fin de año en Times Square.

Muchas personas, que peinan canas, dicen que estas cosas no las habían vivido nunca. El aforamiento masivo, per se, de las calles cuando se ve que no hay prácticamente nadie deja imágenes como la que acompaña a este artículo.

Aforando, que es gerundio
Imagen de Javier Rincón, / @javvijrb

Resulta curioso que los defensores de estas medidas suelen ver las cofradías a un par de palmos del suelo, con derecho a trago largo, por supuesto. La culpa la tienen los tiesos, que no saben comportarse.

La Semana Santa es una fiesta religiosa y cultural, que genera un importante impacto económico en la ciudad. Cierto es que no se entendería esta celebración sin el componente religioso, pero cuántos ateos habrá que disfruten de un paso en la calle. Muchísimos.

El delegado de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla dijo hace unos días en Cruz de Guía, de la Cadena Ser, que «no es admisible ver al Gran Poder con una copa en la mano». Yo puedo compartir esa afirmación a título personal, pero jamás diría eso siendo un cargo público. Lo siguiente será que no es admisible ver al Gran Poder con un polo en lugar de una camisa. Al final, los que mandan y las ‘élites’ son las que dictan qué puede hacer el pueblo y qué no.

El lunes, en el Víacrucis, cuando pasó por Santa Catalina de vuelta, había muchísimo público en El Rinconcillo. Algunos con trago largo. La casa más antigua de Sevilla apagó las luces y el público guardó un silencio sepulcral. Había respeto y compostura a partes iguales.

Quizás, el delegado, se refiera a esos enchaquetados que están en los balcones, colorados cual tomates y dando bandazos de costero a costero porque son incapaces de mantener la vertical. Eso sí, luego se santiguan como el que más y se permiten dar lecciones de cómo los sevillanos, los de a pie, tenemos que ver las cofradías.

Al final tendremos que cambiar esa arenga que hizo Carlos Herrera en su pregón para salir a ver cofradías.

A las vallas, sevillanos, a las vallas.

Para ver bien cofradías

Quédese en su casa.

En la calle no hay cabida

Porque está cortada por la policía