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Imagen de archivo de Silvio Berlusconi. EFE/EPA/BRAMBATTI
Se murió Silvio Berlusconi con 86 años y desde que tenía 75 aproximadamente se estaba especulando con que iba a huir de Italia para refugiarse en su casa de isla de Antigua, donde Berlusconi era dueño de una mansión de 29 millones de dólares, al lado de un acantilado, y donde los tratados de extradición antiguos europeos sólo se aplican para los delitos capitales, una de las pocas cosas de las que Berlusconi no había sido acusado. No recuerdo si era allí o en otra de sus mansiones donde se había edificado una sepultura por todo lo alto, tal vez en ella le den descanso eterno que bien que lo necesitaba. ¡Qué hombre! ¡Eso sí que es un emprendedor! Emprendió en todo y se libró de todos esos jueces envidiosos que lo encausaron unas veinte veces y sólo lo agarraron por intentar engañar al fisco, como les pasa casi siempre a los grandes emprendedores en todo. Estos personajes del Poder se distinguen por crear progreso y puestos de trabajo, pero a cambio hay que aguantarles sus caprichos y sus habilidades para salir indemnes de las leyes que ellos mismos han ido creando con el paso de los siglos, para su bienestar o para que le den la menos tabarra posible y encima hacerse los demócratas.
Empresario de casi todo, primer ministro, amigo de socialistas, fascista, nacionalista, putero, machista..., de todo un poco fue Berlusconi. Organizaba sus famosas fiestas con jovencitas, la prensa lo increpaba, pero volvía a ganar las elecciones porque sus votantes decían que las niñas ya eran mayores como para saber dónde se metían. Ordenó una Italia -a su modo- que la democracia cristiana y el socialismo del primer ministro Bettino Craxi habían puesto patas arriba en los años 80. Fue muy amigo de Craxi quien a su vez lo era de Felipe González. Craxi acabó huyendo de Italia, acusado de corrupción y la prensa conservadora, cada vez que quería desprestigiar a Felipe, echaba mano de la foto de la góndola en la que Felipe y Craxi paseaban en una góndola por las aguas quietas y a veces verdes de Venecia.
Todos conocíamos a Berlusconi como político y magnate de la comunicación. Pero su fortuna empezó a atesorarla en los años 60 levantando urbanizaciones de lujo en Roma y Milán con el apoyo de la democracia cristiana. Después se arrimó al socialismo de Craxi que también era amigo de amiguitas aunque dicen que era mucho más discreto que Berlusconi. Cuando el finado Berlusconi se liaba con señoritas y decía alguna de sus barbaridades, el grupo Prisa lo llamaba fascista y machista. Pero cuando el señor cavalieri le compró Cuatro TV a Prisa y alivió algo la deuda eterna del grupo esas calificaciones cesaron.
Berlusconi planteó así su mensaje para hacerse con el poder político y ponerlo al servicio del Poder de verdad, el empresarial, que ya poseía: procedo de una familia humilde o media, mis negocios van viento en popa, si ustedes me votan Italia marchará como mis negocios. Y en aquel revolujo de los años 80 y 90 la gente lo creyó. Además, era tan elegante...
Tele 5 es sólo una filial de una empresa más grande: Mediaset España que, a su vez, es una división de un conglomerado de empresas de todo tipo llamado Fininvest. Ahí, la familia Berlusconi está unida a los franceses de Vivendi que también lo estuvieron con Prisa porque Vivendi es dueño de Canal+ Francia que fue accionista de aquel Canal+ España de pago que en 1989 el gobierno de Felipe González concedió a Polanco-Prisa, de manera que como el PSOE era entonces “amigo” de Craxi y de los socialistas italianos, los tres primeros canales de TV privada en España se llamaron Canal+ y Tele 5 (para los amigos del gobierno) y Antena 3 TV, para la derecha y así disimular.
Ayer hablábamos aquí de otro italiano fallecido pero con 64 años y premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, Nuccio Ordine, el defensor de que lo inútil (el arte, las letras) es muy útil. No, la realidad dice otra cosa y no está equivocada, de momento. Piensen en cuánta gente conoce a uno y a otro y cuánto espacio mediático ocupan uno y otro. Gana Berlusconi por goleada del Milán (que pertenece al imperio Berlusconi). Por tanto, lo útil es Berlusconi, lo inútil es Ordine. Gana el malo, pierde el bueno, que es lo que suele suceder en la vida real.