Carmen Carmona en el Alcázar

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30 mar 2021 / 09:45 h - Actualizado: 30 mar 2021 / 08:24 h.
  • Carmen Carmona en el Alcázar

Hasta el próximo día 25 de abril podrá visitarse la exposición que la multifacética autora CARMEN CARMONA celebra en el Salón Alto del Apeadero del Real Alcázar de Sevilla.

Es la primera exposición y además individual que hace y quiero imaginar que será el preludio de otras muchas que vendrán a partir de ahora, en que al fin se ha decidido a cruzar la barrera de la que ha estado durante muchos años.

Exposición que tiene como una de sus metas, el compartir con todos sus muchos amigos lo que hace de manera espontánea en los momentos de intimidad familiar o en soledad creativa, pues siempre está –y estará- llena de proyectos en los que de una manera u otra involucra –involucrará- a quien se deje, como nos ha pasado –y pasará- a muchos de los que vayan a ver sus fotografías de gran formato, dispuestas en las paredes (por la iluminación y la altura) de esta difícil estancia.

La exposición lleva por título “Lo Cotidiano” y ciertamente lo son todos esos objetos que ella ha ido captando en cada una de sus fotos. Unas instantáneas que muestran algunos de los objetos vividos por ella, por su madre, su hijo o su nieto, por su compañero e íntimo amigo Fernando y por algunos otros a los que le une una lealtad y fidelidad de años.

Flores, paisajes interiores y exteriores que encierran humor, ironía, ternura, esperanza, alegría, frescura, etc., porque en el fondo todo eso es CARMEN CARMONA en estado puro.

Carmen Carmona en el Alcázar

Ella está ahí habitando el espacio y esa cualidad de lo efímero que produce el paso del tiempo sobre las cosas porque también nos hablan de una cierta melancolía, de la superación de algún desengaño que ha convertido en arte en la marmita que tiene en su corazón.

El amor a los objetos, esos seres inermes que son testimonios no tan mudos como parece de nuestra propia vida. Los objetos en los que ha suprimido la imagen pero que son autorretratos igualmente. Símbolos parlantes aislados de su contexto como sí ocurría en los asuntos hagiográficos o mitológicos y un cierto bodegonismo contemporáneo que no obstante deviene del Barroco.

Con todos ellos ha construido CARMEN CARMONA su peculiar iconografía: aquella que recoge frutas y verduras, el ya “famoso” chupete azul, las rosas, detalles de su jardín, ...de todo aquello que ella lleva siempre consigo, sobre todo positividad, felicidad y alegría y que refuerza con las frases que introduce en ellos, que completan el mensaje que quiere transmitirnos.

Carmen Carmona en el Alcázar

Pintar, esculpir, fotografiar,...ya en sí mismo bien puede ser una fiesta, un motivo de celebración, de dar las gracias. Mucho más lo es hacer una exposición en la que se comparte mucho más del trabajo que tenemos por delante, sino el esfuerzo de pensamiento y de tiempo que no se ve y aunque sean “instantáneas” ha necesitado para hacer las fotos, manipularlas digitalmente, revelarlas y montarlas de modo que todo conforme un conjunto armonioso, que dé cuenta no sólo de las sucesivas fases o temas por las que ha pasado, sino el orden de lo que ella ha querido resaltar en cada grupo.

Casi todo el mundo hace(mos) fotos con el móvil. Pocos las imprimimos y mucho menos, consideramos que tiene algo que aportar a los demás, ser un acicate para que al verlas, muchos se animen a hacerlas, a buscar en sus recuerdos –efímeros- por otra parte y plasmarlos ya en la propia vida de la foto, en su perennidad o caducidad.

Carmen Carmona en el Alcázar

El hecho de que capte objetos cotidianos, frutas y verduras habituales en la cocina mediterránea y el que recurra a los recuerdos de su propio Paraíso, no significa que no sea consciente de que esa belleza –a veces rara y personal- que poseen, lo son también de finitud, de lo que muta, se consume, muere.

El arte –y la fotografía y estas fotografías en concreto- es una lucha tal vez inútil pero inevitable, contra todo eso que está destinado a desaparecer. Por eso el interés de reflejarlo antes de que ese momento pase.

Las aparentemente simples imágenes de CARMEN CARMONA son sus vanitas personales. Una coreografía basada en su Arcadia Feliz, un territorio que no querría(mos) nunca que desapareciera.