Así es. Menudo revuelo se ha montado con la publicación de V.O., la página web de la verdad verdadera de la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en la que se dedica a desmentir informaciones de los medios de comunicación contra su gestión municipal. Esto indigna a una parte del sector periodístico de este país, sobre todo a la Federación de Asociaciones de la Prensa (FAPE), que ha calificado de «inoportuna» la iniciativa, asegurando que no se pueden crear medios que desmientan a otros medios. Ahí es nada.
Comparto la primera opinión, es decir, la inoportunidad del blog, sobre todo en las formas, pero no estoy de acuerdo con la segunda, puesto que algunos periodistas de este país juegan permanentemente a la defensa de la verdad irrefutable y universal. El mundo debate. La red está llena de periodismo contra periodismo, poder contra poder, en definitiva, mi fuente vale más que la tuya. Por lo tanto, cada uno es libre (pues faltaría más) de ejercer su libertad de expresión, publicando un blog o no, siempre respetando al contrario y sin sobrepasar los límites de la educación.
Ahora bien, lo que no puede pretender Carmena es acallar a periodistas que ejercen libremente su profesión sin permitir el comentario y la participación social en su web (algo que, por el contrario, siempre posibilitan los medios digitales); negando el mensaje de ida y vuelta porque lo digo yo, y punto. La verdad oficial no existe y la censura tampoco. Si tú opinas, yo también. Ese es el juego.