Los medios y los días

Cerrado hasta septiembre

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02 ago 2021 / 04:27 h - Actualizado: 01 ago 2021 / 10:32 h.
"Los medios y los días"
  • Cerrado hasta septiembre

Cuando se hacía la mili con lanzas y yo era un niño los cines exponían por las esquinas de algunas calles un cartel enmarcado en madera con la película que proyectaban. Eran cines de invierno que cuando llegaba este tiempo cerraban y lo hacían saber colocando en los mentados carteles un letrero que decía “Cerrado hasta septiembre”. Entonces no había aires acondicionados en los cines de invierno y cualquiera aguantaba una película con estas temperaturas. Era el turno de los cines de verano que abundaban por Sevilla, el turno de los conciertos de pipas de la gente mientras veíamos películas del oeste, de guerreros y de aventuras en general. Ya con el tiempo se intentó darle vida al Prado de San Sebastián -que era un yermo mustio collado desde que la Feria se mudó a Los Remedios- con unos cines de verano en los que se podía comprar, a la entrada, pescado frito y cerveza para cenar. Incluso se pierde ya en mi memoria un autocine que hubo en la ciudad de la grasia, en lo mejó der mundo que ahora dicen que va a contar con dos hermanitos para la torre Sevilla o Pelli (a mí me gusta más Pelli y dejar lo de Sevilla para otra más original).

Pues a pesar de que estemos en crisis y la gente no tenga trabajo, a estas alturas seguimos con el ”Cerrado hasta septiembre”, qué digo hasta septiembre, hasta mediados de septiembre, hasta octubre e incluso hasta noviembre en el caso de algunas especialidades médicas. ¿Cómo es posible que una ciudad y su provincia se puedan detener de esta forma? Una metrópolis de millón trescientas mil personas con servicios que no te dicen ya ni “vuelva usted mañana” sino vuelva usted en septiembre, no había terminado julio y ya estaba el personal de vacaciones y los servicios cerrados hasta el otoño.

El ferretero cierra la ferretería, el peluquero la peluquería, etc., etc., y luego se quejan de que las grandes superficies se los comen. Pues claro, la gente sigue en sus asuntos, la vida sigue y como donde la vida sigue también es en Carrefour, Airesur, Ikea..., para allá que se va el personal. Es el mundo del mercado donde el pez grande -que fue pequeño una vez- se come al chico que sólo aspira a ser chico. Yo no he inventado esto, lo han inventado y lo apoyan con sus votos los mismos que colocan el letrero de cerrado hasta septiembre..., por lo menos. Es el mismo sistema que está siendo ahora denunciado por explotar al ser humano psicológicamente, son signos muy positivos que personas destacadas del mundo del deporte estén alzando la voz aunque no se quiera decir la verdad con nitidez: el humano para el mercado no es más que un comprador y un gladiador del siglo XXI, un boxeador, un cartel publicitario en el negocio del deporte, no tiene personalidad, no tiene individualidad, es un cuerpo para engañar y distraer a millones de personas que serán incapaces de alzar su voz porque la gente en general es cobarde, tiene miedo como lo tengo yo pero vivir con miedo es morir mientras el corazón sigue latiendo.

Es ese mundo que aplasta en lugar de ilusionar el que coloca el cartel “Cerrado hasta septiembre”, algunos huyen del sacrificio y, en lugar de colocar a otro en su lugar para que si llega alguien se vea servido, echa el cerrojo. Comprendo que no les traiga cuenta pero esa conducta me demuestra que esas personas en un mundo de leones como el actual no llegarán lejos en lo que desean: ganar dinero, mientras más, mejor. Y eso lo está pagando Sevilla desde hace decenios, porque en el fondo, y salvo esperanzadoras excepciones, sigue dormida sobre el colchón de su ombligo.

En el mundo de la sanidad es de vergüenza: te dan cita en estos días para una especialidad como mínimo a mediados de septiembre, incluso para una consulta de dermatología -tan normal siempre y en especial en estas fechas- dicen en algunos centros privados que no hay sitio hasta el 2 de noviembre. “¿Cómo? ¿Ha dicho usted para el 2 de noviembre?”, pregunta asombrada una paciente (excelente concepto, en este caso). En efecto, se lo habían dicho, el 2 de noviembre, una fecha que representa a esta tierra en estas calendas: el día de los difuntos. Hay que mentalizarse para dos cosas: una, no ir al médico hasta que no te estés muriendo (cuando voy los veo como quemados, deprimidos, sin fuerza para levantarse de la silla). Dos, pronunciar la palabra mágica de estas fechas, la que parece incompatible con la vida de quienes no están bajo su hechizo: vacaciones.