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Cochinadas

la segunda vez

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04 jul 2015 / 17:51 h - Actualizado: 04 jul 2015 / 17:51 h.
"La segunda vez"

Las diferencias entre mear, miccionar y hacer pis son bastante evidentes. En el campo las bestias mean, al igual que los perros lo hacen en la calle. La micción, palabra más técnica, es propia de los hospitales, al igual que orinar. «¿Ha orinado ya?», pregunta la enfermera. Los seres humanos educados hacen pis, normalmente cubiertos, al resguardo de la necesaria intimidad. La lógica pues, resulta aplastante...

Los nuevos concejales de Podemos en España, quienes gracias al PSOE de Pedro Sánchez y su equipo, han tocado cacho sin apenas porcentajes ganadores, a poco que se escarba, dan bastante juego. Unos siniestros, otros tontorrones, ideas alocadas, absurdas... En definitiva, la hazaña de encontrar a alguno normal, se ha convertido en la nueva odisea.

La antaño okupa, hoy alcaldesa de la ciudad condal, Ada Colau, ha nombrado a Ágeda Bañón; meona de fotografía, fotografía de meona o meona a secas, según se mire, coordinadora de comunicación del Ayuntamiento de Barcelona. Ante la polémica, Colau ha asegurado, sin rubor, que Bañón tiene una experiencia «absolutamente contrastada en materia de comunicación»; su aportación en la campaña de Barcelona en comú «ya se estudia en algunas universidades»; habría que ver en cuales... Y la labial Alicia Sánchez-Camacho, sin enterarse. De haber sabido que la diferencia entre ganar y perder hallábase en Doña Ágeda, hubiera instituido en el PP de Cataluña el club de «las meoncillas populares», arrasando sin duda en las elecciones...

Paseaba Doña Águeda por la gran vía de la ciudad de Murcia. Cosquilleo en la vejiga, picorcillo serpenteante y ¡zas!, sin pensarlo dos veces, braulias abajo, chorrete al canto; después: ¡click! La foto, claro. ¡Una cochinada! Previamente había invitado a unas decenas de viandantes a realizar la artística instantánea, quienes en un alarde de pulcritud, por no tocar el teléfono de la susodicha, se negaron sucesivamente al sucio bochorno. El marranete, o marraneta, autor, o autora, del retrato, a día de hoy, no ha sido identificado, o identificada, o identificade... ¡que lío!

Dicen que la elementa de la retratada «agüita amarilla», del auto charco en plena calle, es activista de la «excitación disidente», del «post porno». Mi higiene mental ha vencido a mi curiosidad. No lo he investigado. Desconozco por completo si dicho «post» se refiere al epílogo de la peli guarra de turno, a los títulos de crédito o, por el contrario, a las acciones realizadas una vez finalizada. De ahí, la «disidente excitación». Acaso defiendan la parte artística de dichos filmes y reivindiquen el visionado completo. Algo que, parece, no ocurre... A ver si va resultar que se trata de una oda a la gallarda, a la gallarda disidente, por supuesto...

Eventualmente, me pregunto cómo se puede discrepar de una excitación. «Acabo de excitarme», diría una amiga post porno de la Srta. Bañón. «Discrepo», contestaría Doña Águeda.

¿Se institucionalizará la micción en las ramblas? ¿Habrá meadas disidentes en la Diagonal? ¿Orinarán post porno los nuevos virtuosos del erotismo? La cita, en Barcelona, para el que quiera...