La Tostá

Con Manuel Morao en Coria del Río

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
04 jul 2021 / 10:09 h - Actualizado: 04 jul 2021 / 10:10 h.
"La Tostá"
  • Con Manuel Morao en Coria del Río

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Tenía ganas de festivales y el de Coria del Río era que ni pintado para saciar las ganas de pellizcos flamencos. Regresar al Cerro de San Juan, al patio del colegio donde estudié, para escuchar flamenco, era más que un deseo. Le daban el Camarón de Oro al maestro Manuel Morao, el gran guitarrista de Jerez, que a sus 91 años aguantó toda la noche y fue capaz de encaramarse al escenario por una escalera algo complicada. Increíble cómo está el maestro gitano, a pesar de haber pasado el virus. Era su noche y para rendirle honores había dos jóvenes cantaores, Israel Fernández y Rancapino Chico, además de la Farruca y dos guitarristas jerezanos punteros, como son Antonio Higuero y Diego del Morao. Israel, el cantaor toledano, era la primera vez que cantaba en Coria y causó buena impresión. Tiene una voz de caramelo y tan veloz como una liebre, y eso le hace único. Me encantó por bulerías, obsequiándonos con cosas de la Niña de los Peines, aunque a su manera. No es que comunique mucho, aunque eso es algo subjetivo: lo que a uno no le llega, a otros les vuelven locos. Hay que decir que anoche tenía otra cita festivalera, en Guillena, y cuando se canta en dos festivales una misma noche, a veces no se sabe dónde tiene el cantaor la cabeza. Pero gustó en Coria, y eso es lo que cuenta. El acto de entrega del Camarón de Oro al maestro Morao fue breve y con anécdota incluida. El señor Modesto, el alcalde, se empeñó en ponerle dos años de más por dos veces, pero don Manuel se lo tomó con sentido del humor y agradeció el galardón. También los corianos le agradecieron que hubiera ido a recogerlo, a sus años, como años atrás lo hicieron Juan Habichuela y Manolo Sanlúcar. Tras el acto de entrega, salió la Farruca al escenario acompañada por David Caro, Chanito y el Lolo. La hija del gran Farruco bailó por soleá y bulerías a su estilo, sin adornos, al parecer, bastante contrariada por el escenario, poco apropiado para el baile. Y cerró la noche Alonso Núñez Fernández, Rancapino Chico, un caramelo gitano que supo darle al público lo que quería, dulzura y buen gusto. Se entregó y puso al público en pie. Había ganas de cante, de flamenco, tras una pandemia que ha sido tremendamente dura para los artistas. Anoche se llenó el patio del Colegio del Cerro de San Juan y ya de recogida se escuchaban los comentarios de los socios de la Peña Flamenca Mazaco.