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Los medios y los días

Con ustedes, ¡la casta!

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13 mar 2021 / 04:00 h - Actualizado: 13 mar 2021 / 04:00 h.
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  • Inés Arrimadas. / E.P.
    Inés Arrimadas. / E.P.

Ya la ven, en plena actuación: la casta política. Desde siempre he oído que los políticos están alejados de la sociedad. También desde siempre he oído que la universidad está alejada de la sociedad. La cosa no es tan simple pero tiene bastante de verdad. No es tan simple porque si los políticos están alejados de la sociedad es porque los dejamos. La sociedad organizada tiene mucho más poder del que cree, ni siquiera a la casta política le interesa que se organice la sociedad toda en torno a unas ideas concretas porque entonces el juego endogámico de la casta, el que vemos ahora, se podría resentir seriamente. Tampoco la sociedad desea complicarse demasiado, ¿se acuerdan de los presupuestos participativos impulsados por IU desde el ayuntamiento de Sevilla cuando no existía ni Podemos? La respuesta ciudadana fue mínima como mínima es la respuesta del compromiso social de casi todos y todas, como se dice ahora. Al final, unos pocos tiran de la carroza y de eso es de lo que se beneficia la casta, la casta se forma por culpa del pueblo y es fiel reflejo del comportamiento natural de la especie humana.

En cuanto a la universidad, es verdad que hay cantidad de profesores que no saben en qué mundo viven, pero también es cierto que a los más osados es la misma sociedad quien se niega a escucharlos y que otros muchos trabajan en silencio, ignorados por todos, desde sus despachos y desde sus laboratorios, en pro de la Humanidad y saben muy bien lo que desea esa Humanidad. Es la sociedad quien debe acercarse más al conocimiento que brinda la universidad y que ahora está abierto a todos más que nunca en la Historia.

Tras estas consideraciones teóricas con las que les suelo castigar a ustedes, vamos con lo que está pasando con la casta. Veamos, ¿no teníamos dos partidos principales y sus malísimos comportamientos originaron tres partidos nuevos, Podemos, Ciudadanos y Vox, y los tres son formaciones inexpertas con centenares de militantes que deberían estar formándose en lugar de en puestos de bastante o mucha responsabilidad? Pues ahí están los efectos de tal dinámica. El follón de cinco partidos nos conduce a esto y más si en los cinco no abundan las personas de Estado, con mente templada y empática.

Cada cual está mirando por sí mismo, no les importa la gente ni la nación sino ellos mismos, su subsistencia, porque dan por seguro que los ciudadanos van a ir a las urnas y, además, aunque vayan pocos, el resultado que sea será válido como lo han sido todos los resultados electorales con altos índices de abstención que, en lógica, deberían declararse elecciones nulas porque no representan a nadie y sin embargo se dan por buenos y democráticos.

Los medios forman el jaleo correspondiente y se apuntan ellos mismos a apoyar a unos u otros bandos de la casta. También nos recuerdan que hay que ver con la que hay formada en el país y ellos peleando pero los medios participan porque como están tan politizados y les suele importar tan poco el verdadero periodismo saben que ellos también se juegan su bienestar. Los medios más seguidos son correas de transmisión de la casta política y los voceros de uno y otro lado ya andan metiendo más miedo aún con eso de que llega el fascismo o la consolidación de un comunismo que no existe como tampoco existe el fascismo que ellos tienen en sus cabezas.

Yo recomiendo tranquilidad mientras asistimos activamente al follón de la casta. Miren, lo importante ahora mismo en España es la pandemia, su superación progresiva para que así empiece a revivir la maquinaria socioeconómica: que funcionen las medidas elementales de seguridad -y eso es asunto nuestro, de todos-, que lleguen las vacunas y que todos seamos vacunados y las vacunas están llegando, si no llegan más es porque las empresas han llenado primero el ojo que la calabaza -como decía mi madre- y los gobiernos han confiado demasiado en ellas; las unas, las empresas, ante el dineral público que han oteado, han asegurado que fabricarían las vacunas que fueran, y los otros, los gobiernos, en su afán de captar votos y llegar a la normalidad, han picado.

Pero las vacunas van llegando, mientras, dos metros, higiene, mascarilla y a exigir que suelten la pasta para que se pueda respirar un poco hasta que podamos respirar del todo. La casta se entenderá con el dinero por la cuenta que le trae, ayer empezó a hacerlo, y la cuenta es que ella tiene dinero fijo en sus nóminas, pero precisa de los votos por venir que son su negocio, el que le asegura nóminas y el futuro, por tanto, actuará por propio egoísmo de conservación.

Conforme la pandemia se vaya marchando la actividad irá subiendo, si es que no nos confiamos, y esto caminará solo, incluso sin casta, ellos a pelear un tiempecito. ¿Creen ustedes que un país puede funcionar un tiempo sin casta? Ya lo creo, vean en la Italia de los años 70 y 80 que, con las crisis de la Democracia Cristiana y por miedo al comunismo, se quedaba sin gobierno bastante tiempo y la vida seguía porque la casta es sólo un juego -peligroso, eso sí- en el patio público, lo importante es lo que actúa por encima de la casta. Es verdad que la casta tendrá que calmarse y estructurarse y lo hará, sin embargo, el golpe de gracia se lo podemos dar nosotros en las urnas y/o en la calle, hay que adecentar la casa y desterrar tanto ruido.