Desvariando

Con Vox no, que pica

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
12 mar 2022 / 09:57 h - Actualizado: 12 mar 2022 / 09:58 h.
"Desvariando"
  • Claudia Alba - Europa Press
    Claudia Alba - Europa Press

Estaba claro que Mañueco acabaría gobernando con Vox en Castilla y León. Como Feijóo se tendrá que entender también con Abascal si quiere coger el sillón de Pedro Sánchez en la Moncloa y Moreno Bonilla con Macarena Olona si desea seguir en San Telmo. Son unos fingidores, porque saben que no hay otra y que en el fondo les importa un pimiento la ultraderecha. ¿De verdad creen que a Sánchez le quita el sueño que un tipo como Abascal pueda llegar a ser ministro o vicepresidente del Gobierno de España? Si lo necesitara para gobernar se entendería con él como lo hizo con la extrema izquierda, o sea, con Pablo Iglesias y compañía. Porque no le importa otra cosa que eso. Un mentiroso compulsivo como él, de escasa cultura y amante de la suntuosidad lo que quiere es poder y le daría igual entenderse con Otegi que con Abascal. Ha dejado ya bien claro que anda de escrúpulos lo mismo que de modestia. Lo mejor que le puede pasar al Partido Socialista es que el Partido Popular empiece a gobernar con Vox en algunas comunidades y ayuntamientos de grandes ciudades, porque podrán volver -ya lo hacen- al clásico aviso guerrista: “Que viene la ultraderecha, el franquismo, los fachas...”, de tan buenos resultados electorales. Lo que ocurre es que ya no cuela, porque los españoles han visto que no les ha importado nada meter chavistas en el Gobierno y apoyarse en independentistas catalanes y proetarras vascos, a pesar de que dijeron hasta la saciedad que no lo harían nunca. “Nunca es nunca”, ¿recuerdan? Por tanto, si gobernar con quienes gobiernan está funcionando, según Sánchez, Yolanda Díaz o la sin par Adriana Lastra, ¿por qué no va a funcionar bien un gobierno entre un partido de centro-derecha y otro de la derecha más radical en Castilla y León o Andalucía? Si pueden formar gobierno es porque los ciudadanos los han votado. Ayer, procuradores socialistas se negaron a darle la mano al nuevo presidente de las Cortes de Castilla y León, el señor Pollán, de Vox. Ese es el camino, sin duda. O gobiernan ellos, los demócratas socialistas, o se llevan el balón y no se juega. Por eso Susana Díaz fletó autobuses para rodear el Parlamento andaluz: porque les costó dejar vacía la poltrona para que la ocupara la derecha después de tantos años de poder socialista preñados de corrupción y paro. Cuando Unidas Podemos entró en el Gobierno de la nación los politólogos más reputados hablaron de que habíamos entrado en una etapa interesante desde el punto de vista político, sobre todo para los estudiosos. Ahora, con Vox en el Gobierno de CYL, supongo que dirán lo mismo. La derecha más radical gobernando en democracia. No me digan que no se pone la cosa interesante.