Los medios y los días

Congelarnos y resucitarnos

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16 nov 2022 / 05:28 h - Actualizado: 16 nov 2022 / 05:28 h.
"Los medios y los días"
  • Congelarnos y resucitarnos

Lo leí en el diario La Razón que no es lectura que los progres quieran y sin embargo es del mismo dueño que La Sexta, ésa en donde el que fuera Gran Wyoming dice todas las noches lo mismo para que no se le escape la audiencia “revolucionaria”. La Razón también lo hace, pero es más riguroso que el programa del Pequeño Wyoming, dejó de ser grande hace bastantes años, nada tiene que ver con aquel que en Tele 5 nos brindaba el programa Caiga quien caiga, en los años noventa. Por cierto, qué bien lo pasé en Valencia una noche que el destino me juntó con uno de los protagonistas de aquel Caiga quien caiga, Juanjo de la Iglesia -el que nos divertía con sus sarcásticas lecciones de periodismo- y con unos colegas de la universidad.

Lo que leí en La Razón fue que ya está bastante avanzado eso de congelarnos para revivirnos después de muertos, una vez que la leyenda urbana de que lo mismo le hicieron a Walt Disney pasó a mejor vida y debemos alegrarnos por él, con lo ultraconservador que era, ahora tendría que aguantar en sus proyecciones que avisaran de los contenidos racistas, xenófobos o machistas de los dibujos, algo que me recuerda a la calificación moral de las películas en tiempos de Franco: Autorizada, Para Mayores, con reparos, No autorizada, Peligrosa, Muy peligrosa. Dicho de otra forma, numeradas: (1) Películas aptas para todos los públicos,” inofensivas”. (2) Para jóvenes de catorce a veintiún años. (3) Mayores de veintiuno. (3R) Mayores, pero “con reparos”. (4) Películas gravemente peligrosas, rechazables.

Criopreservación es como le llaman a meternos a 196 grados bajo cero después de cascarla para despertarnos con los años. Hay unas 500 personas en todo el mundo en estado de espera congelada, de las cuales 4 son españolas. El investigador José Luis Cordeiro ha organizado en Madrid una cumbre de médicos de esta especialidad tan increíble pero cierta. El «lobby» de los criopreservadores, que aglutina a miles de médicos e investigadores en todo el mundo, se halla en auge y están dispuestos a movilizar a la sociedad para que los marcos legales que permiten estas técnicas se instalen en cada nación. Escribe La Razón -con firma de Ángel Nieto Lorasque- que «existe un vacío legal, en criopreservación no hay sistema legal que lo regule, por eso queremos que se genere un marco regulador en toda Europa y por ello tenemos trabajando con nosotros a los mejores abogados, entre ellos a Antonio Garrigues, Javier Cremades, Carlos Rodríguez Sau y Jordi Sandalineas», apunta Cordeiro.

José Luis Cordeiro fue el encargado de realizar el proceso de criopreservación de uno de los españoles, Javier Ruiz, a quien tras su fallecimiento le extrajo el cerebro y lo llevó a uno de los centros que hay en Dresde, en Alemania (hay otros por Arizona, en EEUU, y en Rusia). Los otros tres españoles que permanecen a la espera de regresar desde el más allá son dos mallorquinas que están en Alcor, el centro de Arizona, en Estados Unidos, pionero en biostasis. El otro, un ciudadano con nacionalidad francoespañola, fue trasladado a Rusia.

Este “eterno retorno” no sé si lo llegó a imaginar Nietzsche, pero está ahí y le pasará como a todo, primero dará unos resultados horribles para luego ir perfeccionándose. Ah, si sólo te han congelado el cerebro aparecerás con un cuerpo artificial, me recuerda a Robocop. Digo eterno retorno porque cuando te resuciten, si todo va mal y no te gusta el resultado, imagino que podrán congelarte de nuevo y así sucesivamente hasta que estés en tus cabales de antes de muerto porque se supone que hay que morirse más o menos cuerdo. Lo que no se sabe es qué habrá hecho el cerebro con sus neuronas después de tanta hibernación. ¿Cómo será el proceso inverso, por tanto, es decir, el regreso desde el más allá? Los científicos que se dedican a estas técnicas apuntan que todavía está en fase de desarrollo, pero están seguros de que en 2050 se conseguirá y comenzarán a reanimarse los cuerpos.

¿Cuánto cuesta el asunto? Entre 28.000 y 200.000 dólares y calculan que podrán congelar una cabeza por 1.000 euros. Yo me lo estoy pensando y tal vez me ponga a ahorrar, si bien no creo que cuando despierte esté hecho el metro entero, irán por la segunda fase de la línea 3, ya me lo contarán Ana Blanco o Jordi Hurtado que como son inmortales aquí estarán.