Pasa la vida

¿Cuál es el patrimonio de la Universidad a exhibir en su Museo?

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Juan Luis Pavón juanluispavon1
28 ene 2023 / 12:50 h - Actualizado: 28 ene 2023 / 13:29 h.
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Acertada iniciativa conjunta del Ayuntamiento de Sevilla y de la Universidad de Sevilla para recuperar el antiguo Colegio Cervantes, reintegrarlo en la manzana de la que históricamente forma parte, la del conjunto monástico de Santa Clara, y convertirlo en lugar de exhibición del patrimonio cultural y científico de la Hispalense. Dicha edificación, uno de cuyos últimos usos provisionales fue dar cobijo al Conservatorio Elemental de Música 'Macarena', tiene fachada hacia la calle Becas, junto al actual acceso para entrar en los espacios de Santa Clara ya rehabilitados para acoger actividades y ser visitados; y por dentro se asoma a los huertos y jardines de la Torre de Don Fadrique, uno de los hitos de la Sevilla medieval, erigida en 1252, que continúa embelleciendo la ciudad ocho siglos después de su construcción. Por emplazamiento y contexto, encaja que le aporte contenido y programación una institución universitaria fundada en 1505, que posee un enorme y sobresaliente conjunto de obras de arte religioso; libros incunables de las primeras imprentas desarrolladas por Gutenberg y sus discípulos; instrumentos y aparatos científicos de medicina, farmacia, botánica, física, química, entre otros legados catalogados y conservados.

El rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, tras su reunión con el alcalde, Antonio Muñoz, a la hora de informar juntos sobre el proyecto común de rehabilitación y puesta en uso del citado edificio en Becas (cómo le cuadra el nombre de la calle a esta iniciativa), lo enmarcó con estas palabras: “Se trata de fomentar a través de nuevos espacios museísticos y de equipamientos culturales, la transformación de Sevilla en uno de los espacios relevantes de la cultura europea, a la manera que otras universidades han conseguido hacer como Cambridge. Pero, en este caso, potenciando la lectura de lo que la ciudad fue y lo que la Universidad es, puente entre Occidente y Oriente, entre Europa y América”.

Ahora es el momento para establecer los criterios básicos sobre los contenidos permanentes o temporales que den cuerpo a este objetivo. Subrayo la necesidad de utilizar las formas verbales 'fue' y 'es' como hizo el rector en dichas declaraciones. La configuración de este nuevo enclave museístico es una oportunidad, para la Universidad y para la Ciudad, de integrar mejor lo que fueron y lo que son. En el Espacio Santa Clara, como se llama hasta ahora a las dependencias del antiguo monasterio gestionadas como centro cultural, tan natural es una exposición sobre Alfonso X el Sabio como la sala dedicada a la pintura contemporánea de Luis Gordillo, o un videomapping de La Imperdible en el refectorio, o un ciclo sobre la figura de Quico Rivas como artífice de movidas culturales, o un encuentro de escritores ilustres junto a jóvenes poetas, o un concierto coral de ProyectoeLE.

La Universidad de Sevilla, que ya aporta a su comunidad y al conjunto de la ciudad un centro de actividad cultural, el Cicus, radicado en el edificio de la antigua Escuela de Comercio (que a su vez aprovechaba parte del antiguo convento de Madre de Dios), puede materializar en Santa Clara con más continuidad el espíritu de la sensacional exposición 'Imago Mundi, Libros para tiempos de barbarie y civilización', que se pudo ver en el Cicus de 2021 a 2022. En la que la mitad de las doscientas piezas pertenecían al patrimonio de la Universidad de Sevilla, y con el complemento de otras cedidas por instituciones españolas y extranjeras, conformó una muestra interesantísima en la que estaban desde Aristóteles, Ptolomeo, Erasmo, Santa Teresa de Jesús, Newton y Antonio de Ulloa, a las aportaciones de artistas actuales como Anish Kapoor, Ai Weiwei o Joan Fontcuberta. Los artífices de esta exposición son quienes encabezan el área de Cultura y Patrimonio de la Universidad de Sevilla: Luis Méndez Rodríguez, director general, y Luis F. Martínez Montiel, director del Secretariado de Patrimonio. Pueden forjar una gran contribución al presente y futuro de la institución, y de la ciudad, ensanchando tanto desde la perspectiva temática como cronológica el catálogo del patrimonio de la Hispalense. Tanto en su conservación como en su divulgación. Tanto el material como el inmaterial. Sugiero algunos ejemplos:

Como en cualquier universidad, el patrimonio por antonomasia es la generación de conocimiento. La gran palanca del saber y de la innovación. Ya sea en la Biología, en el Derecho, en la Ingeniería, en el Arte, etc. Tanto el precisado mediante patentes, o libros, o artículos científicos, como el materializado en la práctica, o el impacto de la influencia visionaria y disruptiva. Ya sean las contribuciones a los Derechos Humanos por Juan Antonio Carrillo Salcedo; o los logros en la fotosíntesis y otros sistemas bioquímicos de conversión de energía por parte de Manuel Losada Villasante; o las investigaciones sobre la enfermedad de Parkinson encabezadas por José López Barneo; o los sistemas de diálogo mediante avatar con inteligencia artificial desarrollados desde el grupo universitario de investigación liderado por Gabriel Amores y Pilar Manchón; o los microchips con visión inteligente creados por eminentes profesores del área de Microelectrónica, comandados por Ángel Rodríguez Vázquez; o los hallazgos y aplicaciones en mecánica de fluidos gracias al talento de Antonio Barrero Ripoll. Son logros de referencia en el ámbito internacional. Al igual que otros que podríamos citar en las energías renovables, o en la física aplicada a la praxis médica (mención obligada a los creados bajo la dirección de Emilio Gómez González, fallecido la semana pasada), o en otros muchos ámbitos.

Las nuevas técnicas museográficas ayudan a exhibir y cautivar cualquier tema. Esté sustentado o no en objetos dentro de vitrinas. Y una institución universitaria, que de suyo a diario articula muchas de sus funciones mediante baremos (puntuaciones, acreditaciones, rankings, etc.) para valorar a quienes están dentro y a quienes llaman a su puerta, no ha de tener miedo a las endogamias y al 'qué dirán' de quienes no tienen semejantes méritos. Debe dar el paso para objetivar un corpus de patrimonio contemporáneo en temas de alcance universal (salud, derecho internacional, tecnologías de la información, sostenibilidad ambiental,...) y no es un hándicap que ataña a personas vivas o que aún tienen descendientes y discípulos. La ciudad será mejor conocida y valorada si normaliza que su identidad patrimonial es un presente continuo y no solo un pasado vetusto. La alta velocidad a la que evoluciona el mundo también da la ventaja de reducir el margen de tiempo histórico para aquilatar la importancia y repercusión de muchas innovaciones, lo que elimina muchas inercias academicistas. Ya no hay que aguardar 50 o 100 años para valorar lo evidente.