¡Cuidado con el embrague de su coche (no se olvide de la letra pequeña)!

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13 oct 2023 / 18:28 h - Actualizado: 13 oct 2023 / 18:31 h.
  • ¡Cuidado con el embrague de su coche (no se olvide de la letra pequeña)!

Fue este verano pasado cuando a punto estuvimos de tener un accidente en la autovía de acceso a Sevilla, mi hijo y yo. Veníamos de vuelta de un pueblo del Aljarafe en mi coche, de una marca surcoreana cuyo nombre no puedo olvidar y que por lo visto es una de las más vendidas, cuando comprobé que al pisar el pie del embrague éste no volvía a su posición inicial. Así que milagrosamente pude estacionar el vehículo en el arcén a la espera que viniera la grúa. No pasó nada afortunadamente, pero el día posterior cuando lo arranqué y puse la primera marcha ya echaba humo.

Al día siguiente el conductor de la grúa me advirtió que el problema estaba en el embrague y que la broma me podía salir por unos 1.200 euros. Y así fue. Eso es lo que tienen los talleres de la marca del automóvil: te venden todo muy bien, te convencen de lo idóneo de pasar las revisiones, te despiden después con una sonrisa cálida y te sugieren además que les des la mayor puntuación en la encuesta telefónica... Pero ay amigo, no sirve que tu carro no tenga ni cinco años ni que tenga menos de 30.000 kilómetros para que el arreglo de las posibles averías del embrague o de otras piezas “especiales” te salgan gratis, porque simplemente son piezas de desgaste. Así que después del consiguiente cabreo, acabas pagando la factura y poniendo una reclamación como diciendo “vale, te pago porque quiero pero después cuando la leas te vas a apiadar y me vas a devolver algo” o “ te voy a poner otra reclamación en consumo que te vas a...”

Y ya a la salida del taller: “el coche está bien, le hemos cambiado esto y lo otro, además le hemos lavado el coche”; “pero si yo no entiendo de coches y además no he visto qué es lo que le habéis hecho”; “¿qué le habéis cambiado qué? ;“no, el embrague no está incluido en la garantía, ¿no lo había leído en el pie de página del librito?; “no, lo único que sé es que pasé la revisión el mes anterior y ustedes no me dijeron nada del embrague”.

Soy un ignorante de todo lo referido a la mecánica de los coches y parece que el fallo de mi embrague se debía a algo más complejo pero también podía haber sido un simple muelle, eso nunca lo sabré. Jolines, me podían haber vendido que era un problema de la bimasa o de la monomasa (que no sé que diantres son) y que casi se me muere el coche en la mesa de operaciones, y yo les hubiera quedado eternamente agradecido. Además no sé en la historia del automóvil quién decidió que el embrague fuese una pieza de desgaste. Sería alguien que sabía que tantos semáforos en las ciudades lo desgasta con tantos parones, embragues y desembragues. Total el negocio redondo para la reparación en los talleres porque al parecer el vehículo tiene piezas de primera, segunda y tercera categoría y yo solo aporto los vicios ocultos (el mal uso).

La letra pequeña es lo que tiene y está por todos las partes. Mientras que siga sumergida bajo la superficie de un mar de letras gigantes ¿quién dice que puede ser peligrosa? ¿quién dice que algún día se te pueda abalanzar al cuello cuando menos lo esperas? Nosotros mismos los humanos solemos ser un ejemplo de secretos inquietantes, de lo peor de nosotros mismos, que como pequeñas caligrafías están grabadas en nuestro ADN. Y tu pareja, ¿ya te ha mostrado su letra pequeña?. Entonces ¿por qué tu coche no puede tener otras tantas perversas? ¿Por qué no se puede estropear por donde más seguridad creías que tenía?

Comprarse un coche que supuestamente es el mejor en la calidad-precio y que por tanto hay que cuidar como la niña de tus ojos, acaba siendo otra hipoteca más a pagar hasta que te das cuenta que el coche, con el tiempo, también es mortal por mucha ortopedia que le eches.

Pero no sufra, siga disfrutando de las cosas simples de la vida y siga sorteando las segundas intenciones porque la felicidad del ignorante es lo más. Y por favor, cuando visite su coche haga por leerse el librito de la guantera y vea todas las piezas que no cubra la garantía de la marca. Tal vez dependa de lo caro que sea su amado vehículo, de la misma suerte o de que aquél tenga mejores prestaciones. También puede pasar que su nivel adquisitivo le permita comprarse un coche cada cinco años, pero recuerde que la letra pequeña siempre está dispuesta a morder, tarde o temprano, a cualquiera: sea o no sea inocente.