¿De nuevo el amor?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
28 dic 2019 / 08:52 h - Actualizado: 28 dic 2019 / 10:04 h.
"Desvariando"
  • ¿De nuevo el amor?

El amor se va y puede regresar cuando menos lo esperas. Me refiero al amor entre un hombre y una mujer, porque hay muchas maneras de amar y todas son hermosas. Cómo será de fuerte lo de enamorarse, que te puede ocurrir de niño, cuando ni siquiera sabes qué es ese sentimiento. En realidad te mueres de viejo sin saber por qué pasa, por qué un día conoces a una mujer, la miras a los ojos y sabes enseguida que naciste para amarla y que ya nada tendría sentido sin estar junto a ella toda la vida. Ni los más grandes poetas, los románticos, han sabido explicar en miles de versos qué es estar enamorado o enamorada. Ni siquiera sé si el amor verdadero merece estar en una rima, aunque sea de Bécquer:

Por una mirada, un mundo;

por una sonrisa, un cielo;

por un beso... ¡Yo no sé

qué te diera por un beso!

Donde reina el amor, sobran los poemas. Tiendo a escribir coplas flamencas de amor o desamor, seguramente desde que cayó en mis manos el primer disco de El Carbonerillo, un cantaor de la Macarena que murió tuberculoso en 1937, pero por las heridas del desamor. Su novia lo engañó y la mayoría de sus fandangos iban dedicados a ella, Pepa, como este que te parte el alma:

Y te echaste a reír,

me viste un día llorar.

Yo no te quise contar

que aquel llanto era por ti,

al verte tan desgraciá.

Murió con 31 años en la calle Don Fadrique, 51, soltero y con una historia que un día tendría que ser una película. Creo que decidí escribir coplas (soleares, malagueñas o fandangos) por este genio del cante sevillano. Coplas de amor y desamor, claro, como esta de hace muchos años:

Es pura menta tu aliento

y tus besos son de miel.

Con tu mirá me alimento

y cuando quema tu piel

rezo por salir ardiendo.

El amor ha regresado a mi vida y estos días no puedo parar de escribir, lo mismo soleares que fandangos. La soleá es el cante del amor y el fandango cuenta casi siempre una historia completa. Es como el guión de una película u obra de teatro. La soleá deja siempre una incógnita en el aire:

Dime de qué te conozco,

de qué mundo o de qué vida,

que le has devuelto a mis ojos

el brillo de la alegría.

No sé si lo que me pasa merece una soleá o un fandango. O no aparecer en ninguna copla o poema. En cualquier caso, enamorarse es algo inevitable, no se puede huir del amor. Tenía razón Mario Benedetti cuando dijo aquello tan genial: “Si el corazón se aburre de querer, ¿para qué sirve?” Porque el amor, si no nace en el corazón es que no existe.