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De vísperas y adelantos

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29 abr 2015 / 18:45 h - Actualizado: 30 abr 2015 / 10:33 h.
"Feria de Abril 2015"

La idea ya anda circulando por cenáculos hispalenses y las tribunas de opinión. Gregorio Serrano ha lanzado el guante y ha constatado una realidad: la feria de los sevillanos comienza mucho antes del alumbrado que ahora sirve para oficializar que el personal lleva –cuando menos– tres o cuatro días de rebujito y lona metidos entre pecho y espalda. Llegado el miércoles duelen la cartera, la cabeza, la paciencia y el estómago y apenas está doblando el calendario oficial. Se puede seguir escarbando aunque quizá ha llegado el momento de atajar algo que amenaza con comerse a la propia fiesta. ¿Es la solución adelantar el encendido de los farolillos al viernes inmediatamente anterior? Podría ser una opción pero tampoco está exenta de peligros. El culto a la víspera alargaría el guateque como un chicle mascado volviendo a situarnos en un escenario parecido pero, sobre todo, en una fiesta mucho más hipertrofiada. La definitiva desmesura también podría llegar con la previsible protesta de feriantes y caseteros que, a la postre, forzarían un calendario oficial de viernes a domingo que ya ha desnaturalizado otras ferias no muy lejanas. También hay que anotar definitivos cambios en la forma de ordenar el asalto al Real. Las mañanas de feria hace tiempo que sólo son la letra de una canción. La toma de la portada se retrasa hasta la tarde y en muchas ocasiones con el crepúsculo asomando por los Gordales. De alguna manera, la Feria es hija del Gatopardo y ha sabido cambiarlo todo para que todo siguiera igual. Hoy se vive en sesión continua –el descanso para volver a cenar a la caseta también pasó a la historia– en días intensos y apresurados y se deja la cola de la semana para el que se baja del AVE sin saber muy bien donde se encuentra.