Los medios y los días

Doctrina sexual en RNE

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04 ene 2021 / 04:00 h - Actualizado: 04 ene 2021 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
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Los domingos a las siete de la mañana Radio Nacional de España (RNE) emite un programa llamado Futuro Abierto. Yo lo sigo porque me ha obsequiado con unas entregas muy interesantes y necesarias, por ejemplo, una sobre el teletrabajo y otra centrada en la transhumanidad. Incluso me los he bajado y los he grabado para mi propia formación y la de mis alumnos. Pero por desgracia, cada vez con más asiduidad, se convierte en una correa de transmisión propagandística del gobierno y de la ideología posmoderna, más concretamente de la de género según unos postulados unidireccionales. A eso se le llama adoctrinamiento, no formación ni información. El conductor del programa y director, Tato Puerto, quedará muy bien con sus superiores políticos y con las feministas de un lado del movimiento pero no lleva a cabo un servicio público sino sectario.

Como parece ser la moda hoy de tantos políticos, se vistan de periodistas o no, el programa se escuda en los expertos para desarrollar su intencionalidad. Ayer domingo Futuro Abierto se dedicó a abordar un tema imprescindible: la educación sexual. El señor Puerto se rodeó sólo de expertas y -aunque por fortuna no de forma totalmente ortodoxa, no hizo falta- todas miraban en la misma dirección que es la correcta para RNE, supongo, con lo cual el programa se convierte en una tertulia de amigas donde se dejaron escapar frases como “las mujeres no necesitamos en realidad un pene para nada”. Al mismo tiempo, defendían lo que ya he dicho que es muy necesario, la educación sexual desde la escuela y con carácter obligatorio, algo que pone de relieve otra pifia del nuevo plan de estudios de la señora Celaá. De este tema ya hablaré otro día para darles a ustedes mis argumentos de porqué no estamos ante un plan de estudios de izquierdas, como se pretende. Por lo pronto ya tienen el primer dato: nada de educación sexual obligatoria que en realidad no es algo de izquierdas sino de formación liberal.

Claro que si se impartiera se presume que debería ser bajo la doctrina que encierra la frase anterior: “las mujeres no necesitamos en realidad un pene para nada” que es probablemente una de las ideas que alguna formadora podría proyectar sobre el alumnado, sin olvidar de ninguna manera -estaría bueno- la histórica opresión sexual que han recibido las mujeres a lo largo de la Historia, ah, y para disimular, las expertas también metieron a los hombres en esa opresión, pero, claro, si hay que explicar quién oprimió a mujeres y hombres terminarán diciendo que fueron los hombres, la falocracia y el coitocentrismo, la educastración, cito expresiones usadas que a mí desde luego en absoluto me escandalizan, me llaman la atención porque se suelen utilizar como fines en sí mismas para dirigir la mente de alguien en un sólo sentido: el del enfrentamiento entre los dos géneros de la especie humana en nuestra cultura. Eso sí, cuando Tato Puerto les hizo una pregunta en la que las invitaba a relacionar el tema no sólo con la religión católica sino con otras -y citó a la islámica- las expertas callaron.

Ya que se trataba el problema no de la educación sexual sino de la opresión de la mujer, salieron las numerosas brujas quemadas en las hogueras y Tato Puerto dijo que se podía dedicar otro programa a eso; otro que añadir a su labor doctrinaria que ha demostrado en espacios anteriores donde también invitaba a mujeres que se reforzaban los egos unas a otras en anteriores orgías propagandísticas.

Una pena, porque sin duda estas expertas deben tener cabida en éste y en cualquier programa pero no es deontológico utilizar un medio de comunicación -en este caso público- para proyectar sólo una posición, eso no es científico ni periodístico. A mí me gustaría más rigor, más debate, expertos que me dieran visiones al menos de tonalidades intermedias, más equilibradas. Lo malo es que la ideología posmoderna lo está tiñendo todo de miedo, de espiral del silencio, y si España durante el franquismo fue un país de silencio ahora se está convirtiendo en otra sociedad del silencio en la que sólo se oye una ideología retrógrada y reaccionaria porque no hay nada peor que haber separado a las mujeres de los hombres en su lucha común por la dignidad.

No voy a dejar de escuchar Futuro Abierto porque cada vez me esté intentando adoctrinar en mayor medida, al revés: la obligación de un estudioso de la comunicación y de la sociedad como es mi caso -y añadiría la obligación de todo ciudadano- es oír y leer aquello que no gusta ya que de todo se aprende. Incluso no descarto escuchar el programa en mis clases para que debatamos sobre la propaganda y el mensaje unidireccional. Si es que alguien que no esté imbuido por la ideología dominante se atreve a hablar. Por suerte, aún los hay.