Desde la espadaña

Dos Cabalgatas en Sevilla

La Cabalgata de los RRMM está consiguiendo, en sazón, uno de los objetivos de don José María Izquierdo para la ciudad: pulcra

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03 ene 2020 / 08:56 h - Actualizado: 03 ene 2020 / 08:56 h.
"Desde la espadaña","Cabalgata de Reyes 2020"
  • Dos Cabalgatas en Sevilla

Don José María Izquierdo, ese autor tan desoído y olvidado por esta Sevilla que premia con la desidia a todos aquellos que la enaltecieron, soñaba con tres aspiraciones para la ciudad: pulcra, bella y ordenada. Con el tiempo, Izquierdo consiguió organizar en Sevilla uno de los actos más queridos en la ciudad como es la Cabalgata de los Reyes Magos. Desde aquel entonces la Cabalgata, organizada por el Ateneo de Sevilla, ha seguido toda una serie de estéticas y avatares hasta nuestros días. Por eso, de vez en cuando, siempre debemos recordar porqué se empezó esta bonita locura, que queríamos, qué hacemos y hacia dónde nos dirigimos.

En este mes de enero, llega la ansiada Cabalgata que recorrerá las calles de Sevilla con sus Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar como protagonistas del evento además de no sé yo cuantos personajes más y un ejército de casi un millar de beduinos (una de numerus clausus por favor).

Quizás por esta amplitud de júbilo que recorre los cuerpos de los más pequeños en estos días, al adulto se contagia y la noche de los Reyes Magos adquiere, dentro de esas horas de complejidad y ternura, la mayor de las expectaciones cuando sabe que desde la Universidad de Sevilla saldrán todos los protagonistas. Pero les recomiendo que en su liturgia de arreglarse y buscar el mejor sitio para ver la Cabalgata fuercen un poco más su vuelta a casa. Porque deben saber que Sevilla no tiene una Cabalgata señores sino más bien dos. La segunda Cabalgata no arroja caramelos ni peluches, pero es todo un espectáculo. Un espectáculo que comenzó hace pocos años pero que poco a poco va tomando solera.

Quédense a observar cómo los operarios del servicio de limpieza municipal, Lipasam, aparecen con sus equipos de limpieza y sentirán envidia de lo que es limpiar un viario público. La de días que nos llevamos luego quitando el musgo y los lentiscos a nuestros Belenes de Navidad y estos operarios dejan, en menos que canta un gallo, una transparencia en las calles tal, que se están convirtiendo en un símbolo de que la Navidad ha finalizado. Paralelismo del tiempo próximo que nos espera cuando Diego Lencina abría las puertas de San Lorenzo para que entrara la Virgen de la Soledad haciendo notarial aviso de que la Cuaresma había finalizado.

Podría ser que la obligada mejora en la gestión de la limpieza en la ciudad pasara por hacer un calco proporcional a lo que se hace detrás de la Cabalgata de los Reyes Magos. Si este año todo vuelve a ser igual que en los pasados, volveremos a presenciar la procesión de Lipasam donde, como si de un día de las Fuerzas Armadas se tratase, sacan toda su artillería pesada y ligera para que nuestros ojos infantiles vean tan singular estampa.

Cómo será el cuadro que nadie se queja del molestísimo ruido de las sopladoras o de las barredoras, sino que nos surtiremos de anhelo para que aquello mismo ocurra en nuestras calles al día siguiente.

Seguramente en la noche de Reyes Magos las redes sociales se inundarán de videos con la maquinaria limpiando detrás de la última carroza y posiblemente algunas palabras habría que introducir en el pregón de los Reyes Magos haciendo referencia a este ejército de limpieza para, de esta forma, conseguir otro de los objetivos de don José María Izquierdo.

Cuando se hallen frente a esta cofradía desarmada pero eficaz en su objetivo de limpiar lo que tantos hemos guarreado en pocos minutos (matiz triste del sevillano) piense en ese baile tan morfológico y seductor de sus operarios donde todos se mueven con un gracioso movimiento sin entorpecerse.

En estos tiempos de simbiosis entre organización y servicios públicos se ha logrado que durante la tarde noche del cinco de enero en Sevilla se circule como un sólo edificio conceptual dividido en dos Cabalgatas. Una para niños donde la ilusión nos convierte en personas piadosas durante unas horas porque el significado de la Cabalgata es, ante todo, no lo olviden, cristiano y otra para aquellos que sentimos la nítida envidia de no ver esta gloría de limpieza durante los otros 364 días del año.