La vida del revés

EH Bildu somos todos

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23 sep 2021 / 09:25 h - Actualizado: 23 sep 2021 / 09:47 h.
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Cuando ya nada podía hacer pensar que todo podía ser mucho más surrealista en España, los portavoces de EH Bildu han logrado hacer una pirueta similar al triple mortal carpado con tirabuzón desde el primer escalón de una escalera: el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños ha recibido de parte de Mertxe Aizpurua y Oskar Matute el mensaje de una enorme preocupación ante «el auge de los discursos y actitudes de odio crecientes» en España. Dicen estos dos que son los discursos de la extrema derecha, es decir, el discurso de Vox, los que “impregnan la esfera pública y condicionan la agenda política”. Me dicen que dijeron semejante cosa y no se desintegraron ni nada.

Imaginen que los sujetos que componen la cúpula del Ku Klux Klan dijeran que están muy preocupados por la persecución a la que se somete a los hombres y mujeres negros en Estados Unidos; imaginen que Donald Trump manifestase su enorme preocupación por los inmigrantes latinos que llegan a su país; imaginen que los políticos del PP declarasen ante micrófonos y cámaras que la corrupción les tiene en vilo; o imaginen que Pedro Sánchez nos enviase un mensaje institucional para proclamar a los cuatro vientos que no solo le preocupa lo que tenga que ver con él sino que, además, le interesa lo que suceda más allá de su áurea brillante y exquisita.

EH Bildu es una organización heredera de ETA, siguen coqueteando con los etarras y con lo que representaron y provocan, entre los demócratas decentes verdadero asco. A estos políticos de EH Bildu y a los simpatizantes de esa organización política les importa un bledo el dolor que causaron y las muertes, amputaciones y secuelas que costó su «lucha». Ven con buenos ojos todo eso; es decir, son ellos en sí mismos un discurso del odio de dimensiones colosales. Pero en España, en este país en el que es imposible menear las conciencias de sus habitantes y que pase lo que pase seguirán pareciendo marmolillos, nos cuentan que dos sujetos van de buenos y nos lo tragamos, que dos canallas presumen de serlo y miran por encima del hombro a personas que no serían capaces de empuñar un arma jamás.

Pues bien, el Gobierno de Sánchez necesita a estos elementos para sacar adelante sus presupuestos. Eso es todo. Por eso les lavan un poquito más el hocico. Y Sánchez se queda tan pichi. Y los demás también. Usted y yo somos los demás; no se equivoque y no crea que son otros. ¿No le parece una pena lo que está pasando?