El agua ya no es un derecho

Image
06 nov 2022 / 15:25 h - Actualizado: 06 nov 2022 / 15:27 h.
  • El agua ya no es un derecho

Parece, y los datos están en el BOE, que el agua, elemento principal en la vida, está dejando de ser un derecho. Detrás están las empresas privadas suministradoras y las que desean serlo, que cada vez hay más con serio interés en sustituir a las suministradoras públicas. Esto ocurre, precisamente, en un momento de riesgo inminente de escasez, una buena forma de llevar a la gente a la idea (equivocada, por supuesto) que lo público no funciona, que solamente las empresas privadas saben gestionar. Craso error, los costos no son los mismos y las empresas municipales no deben obtener beneficio. Que es una buena cifra. El problema está en la forma y el lugar y la forma en que se extrae y se purifica ese líquido incoloro, inodoro y sin sabor, pero sienta como un manjar.

El Estado español es, dicen, el tercero de Europa en pantanos, presas, azud, lugares dónde se retiene el agua que luego sirve para regar y beber, principalmente. Porque beber es una necesidad ineludible y regar es imprescindible para la obtención de alimentos. Pero al momento actual, ya faltan casi doscientos de esos almacenes de agua, desmontados muchos de ellos. Ahora, en vez de verla como un alimento imprescindible, hay quienes han empezado a verla como un estorbo en el fluir de las aguas del río camino de perderse en el mar. Sólo el 1’5% de todas las aguas existentes en el mundo es potable. Es decir, apta para consumo humano y animal pero se está poniendo de moda tratar los azud, presas, pantanos y todo freno a la mezcla del agua dulce con la salada como “obstáculos”. En ciertos medios de comunicación ya se puede leer, oír ver, expresiones como estas: ”los ríos que vuelven a fluir”, “barreras fluviales” y otras de similares características. Lo que nadie ha podido ni podrá explicar es por qué razón el agua de los ríos, la que apaga nuestra sed, la que nos permite construir las casas en que vivimos o nos gustaría vivir, la que riega los campos que nos dan el alimento, debe “volver a fluir” sin ningún “obstáculo” que la entretenga. Por qué deben eliminarse esos almacenes de agua que permitan regar y vivir.

Desde que cierto personaje se permitiera afirmar que el agua “no es un derecho”, después de comprar media pampa para aprovechar las bolsas de agua subterránea vendiéndola embotellada, se lanzó la guerra más silenciosas, soterrada, disimulada contra el precio del agua. El agua que tiremos al mar es irrecuperable y la limitación de la subterránea nos “garantiza” un mundo seco, dónde solo puedan beber y comer los muy ricos, riquísimos. ¿Es eso lo que busca del “Nuevo Orden Mundial”, tan deseado y celebrado por cierta ministra del gobierno de España? Se está llegando a la locura, al sinsentido e injusta legislación, de castigar con cárcel por recoger agua de lluvia. Parece que “alguien” está muy interesado/a en obligarnos a consumir sola y exclusivamente el agua que nos puedan vender esas empresas suministradoras, pero faltos de recursos mentales, previamente nos quitan toda el agua que no pueda estar o que todavía no esté bajo su dominio.

Esto, ya, no es ficción. No es imaginación. No es un bulo, ya está ocurriendo. En el Estado español se están desmontando, demoliendo presas, con el pretexto de “quitar obstáculos al fluir del agua”. Y hay medios de comunicación que lo aplauden. Este año los pantanos se están secando, situación en que no podríamos vernos nunca si no se utilizaran malas artes —nunca mejor aplicado el epíteto— para apartar las nubes e impedir la lluvia. Malas artes, nefastas, porque la falta de agua sólo puede provocar sequías, tierra resquebrajada, inútil para todo. Dicen y esto, aunque no es una conjetura sería difícil demostrar si no fuera por declaraciones aisladas de grandes figuras del capitalismo mundial, parece un plan preconcebido y elaborado. Pero, si consiguieran reducir la población mundial hasta los novecientos millones, dejando seca la tierra ¿de dónde sacarán después la lluvia necesaria para devolverle la vida? Que no se hagan ilusiones. Ellos precisan el agua tanto como el más pobre de los habitantes del planeta. Lo necesitan igual, pero consumen mucha más. Pueden desecar el Planeta como han desecado Doñana y la marisma, para quedar secos a continuación. Para que todos sus miles de billones acumulados no les sirvan de nada. El dinero también necesita agua.