La vida del revés

El amor de Pablo Iglesias por la Corona de España ha sido premiado

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29 dic 2021 / 10:53 h - Actualizado: 29 dic 2021 / 13:33 h.
"Opinión","La vida del revés","Política","Pablo Iglesias"
  • Fotografía: EFE
    Fotografía: EFE

Podría ser una inocentada aunque no lo es. El Consejo de Ministros ha aprobado, este martes, reales decretos para conceder la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III a 23 ex ministros. ¿Motivo? Esfuerzos, iniciativas y trabajos por España; es decir, servicio a la Corona. Sí, mis queridos amigos, servicios a la Corona porque en España es lo que hay.

Ya sé que cuesta asimilar estas cosas, pero a Pablo Iglesias le han concedido esta condecoración por el servicio prestado a la Corona. Es como si al obispo de Solsona, Xavier Novell (el que ha dejado el puesto para casarse con la escritora de novelas eróticas y satánicas y que además ya trabaja en una empresa de inseminación de guarros) el Papa le concediese el título de pastor de almas del año. Pablo Iglesias lo único que ha hecho por la Corona es intentar destrozar su prestigio. Ni más ni menos. Pero nuestro Gobierno no se anda con historias y premia a todo premiar.

Puestos a asimilar asuntos inexplicables, el Gobierno ha hecho el mismo disparate con Maxim Huerta. A este le premian por los veinte minutos que estuvo al frente de la cartera de Cultura y Deportes. Puestos a hacer el imbécil deberían haber premiado a Puigdemont por su servicio a la corona y por sus esfuerzos, iniciativas y trabajos por España al proclamar la república catalana durante ocho segundos.

La lista de condecorados es amplia y genera todo tipo de rechazos, dudas y preguntas comprometedoras. Me quedo con un nombre: Manuel Castells Oliván (Unidas Podemos). Este hombre dimitió hace unos días de su cargo. Fue el ministro de Universidades y si alguien ha pasado de puntillas por un Gobierno de España durante la democracia ha sido él. Nadie sabe a qué se ha dedicado durante meses. Pero se le premia por su labor y sus iniciativas.

Lo de los políticos es tan vergonzoso que, o te lo tomas con humor, o te lanzas a las barricadas; y en el mundo moderno mejor hacer las cosas con tranquilidad y cabeza. De momento, ahí queda el chiste.