El antídoto

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23 jun 2017 / 22:58 h - Actualizado: 23 jun 2017 / 22:58 h.

Todo lo que dicen es mentira. El mundo que hemos comprado está construido con ellas. Las mentiras mantienen nuestros miedos, y nuestros miedos mantienen la economía y el funcionamiento del sistema. Es así de aterrador. Se mire adonde se mire (la insurrección golpista catalana; los argumentos de prosperidad del Gobierno; la desfachatez de los corruptos y de quienes los amparan en todos los partidos políticos; la receta de la felicidad podemita; el desvarío sociata tanto de los ganadores como de los perdedores; la repentina necesidad que todos tenemos de comer semillas de lino y bayas de goji para seguir vivos un minuto más; el entusiasmo por aupar hasta la victoria a una mocosa engreída, insensible e ignorante arrojada a una isla; el asesino que se lleva todas las portadas de la prensa por ir gritando en árabe mientras atropella a la gente; el anuncio del fin del mundo por la muerte de las abejas, la insolación masiva o quizá un ataque de ira al norte del paralelo 38...), todo es lo mismo. El paisano que en estas primeras noches de verano se tumba en su hamaca a ver las estrellas no sabe que, en el fondo, lo que está protagonizando es un acto inconcluso de protesta y de rebeldía. Mejor haría si antes o después de ese gesto soberano leyera un buen libro. Por sesgado o por fantasioso que pueda parecer, un buen libro siempre es honesto, porque nos hace pensar y nos muestra las miserias de todos los mentirosos y los propósitos inconfesables de todas sus trolas. Los veranos, si no existieran, habría que inventarlos. Aunque solo fuera para tumbarse a leer. Para que las estrellas, con toda la fuerza heroica de su mitología, nos armen contra el miedo y la mentira.

Marte Rodrigor labzgadoo.