Según responsables del Cuerpo Superior de Policía, la agresión del joven gay a manos de ocho encapuchados, es una invención del que hasta ahora era considerado como víctima. Parece ser que ha confesado que las heridas (esas sí existen al igual que el parte de lesiones) fueron el resultado de un acto consentido por el joven.
Por tanto tenemos a un imbécil que inventa historietas. Personalmente, no alcanzo a comprender qué pudo pasar y cómo, de forma voluntaria, dejó que le marcasen como a un animal. Es su problema. Tenemos a un imbécil de los grandes que hace un flaco favor al colectivo LGTBI, a personas que sí son agredidos de forma injustificable. Esto servirá de carnaza para todos aquellos que ponen en duda la injusticia diaria que se hace con cientos de personas a las que se discrimina y aparta por su condición y orientación sexual. Poco favor hace este idiota. Y nos pone en una situación muy delicada a los que hemos puesto el grito en el cielo al conocer lo que ahora sabemos que es una invención, la ensoñación de un gilipollas. Todos nos sentimos eso, gilipollas.
En cualquier caso, el colectivo LGTBI es un grupo de personas que lo pasan mal por distintas razones. Son muchos los que han dado testimonio y, ahora, no podemos dudar de su sufrimiento. Este chico es un tontaina, pero debemos poner en valor lo poco bueno que tiene toda esta historia: hay que defender a los grupos vulnerables, hay que tener la tolerancia presente en nuestras vidas como valor fundamental, es necesario que el discurso del odio desaparezca del mapa. Porque idiotas siempre ha habido.