La Tostá

El ingenio en tiempos del coronavirus

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
20 mar 2020 / 01:10 h - Actualizado: 20 mar 2020 / 01:13 h.
"La Tostá"
  • Pablo Iglesias en una imagen de archivo. / El Correo.
    Pablo Iglesias en una imagen de archivo. / El Correo.

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El asunto es serio y a veces hemos criticado memes y chistes sobre personas que han muerto por la pandemia o por otra causa cualquiera. En las redes sociales hay un descontrol terrible y una crueldad que pone la piel de gallina. Pero una cosa es mofarse de una desgracia, que es algo totalmente condenable, y otra aportar sentido del humor, a ser posible con ingenio, porque esto puede ser positivo para que la población sobrelleve la tragedia de la mejor manera posible. Con lo del confinamiento de millones de españoles estamos viendo escenas que ni Berlanga las hubiera imaginado, como la de ese señor que paseaba por la calle a su perrito de peluche, como si tal cosa, o las de quienes eligieron una cabra o una tostadora eléctrica a modo de can como animal de compañía para poder salir a la calle. En los balcones, por poner otro ejemplo, se están viendo y oyendo cosas geniales que están ayudando a que la población se relaje. Luego están los memes, algunos increíbles, que ni el mejor director de cine hubiera soñado.

¿Se imaginan una tragedia como esta del coronavirus sin las redes sociales, tan criticadas, y con razón en algunos aspectos? Es verdad que se puede leer, escuchar música o hacer chapuzas en la casa para pasar el tiempo, pero la población está en las redes sociales, que es una ventana al mundo, enganchados al móvil o el ordenador. Se leen cosas que te quedas con las patas colgando y a lo mejor te quitas de la cabeza esa escena en la que el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, saltándose la cuarentena, se marca un mitin en la Moncloa y alienta a montarle una cacerolada al Rey, el jefe del Estado. ¡Un vicepresidente del Gobierno de España! Lo ves y te preguntas si no será un meme, porque es algo increíble e impensable en un país serio.

Sinceramente, con lo que está pasando, ver a semejante sujeto en la Moncloa hace que se te revuelvan las tripas. Un señor que animó a que el pueblo se echara a las calles del país el 8M, por lo del Día de la Mujer, en plena crisis sanitaria, celebra ahora desde la Moncloa la cacerolada a Felipe VI. Es normal que el pueblo se quiera olvidar de esta triste realidad, del desastre en la coordinación y la miseria que se nos viene encima, poniendo a prueba el ingenio y el sentido del humor en tiempos del coronavirus.