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Desde la espadaña

El Iris de Sevilla

Esperaba que Iris tuviera para Sevilla un nuevo plan de seguridad, de limpieza, de movilidad o del arbolado, pero sólo guarda aquello que nadie quiere: papeles y más papeles

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18 dic 2019 / 08:26 h - Actualizado: 18 dic 2019 / 08:29 h.
"Desde la espadaña"
  • El Iris de Sevilla

En esta Sevilla de Miguel de Cervantes y de Martínez Montañés creía que había visto todo, pero lo descubierto en los últimos días en los exteriores del Palacio de San Telmo se lleva la portada del Times. Porque Iris, esa diosa de la mitología, se encuentra en la ciudad y nosotros sin saberlo. Con la de películas de espionajes que hemos visto en la TV y resulta que en Sevilla tenemos el argumento de la mejor película. Así es, el descubrimiento de una cámara acorazada en San Telmo con reconocimiento digital y ocular (escaneo del iris) supera cualquier tipo de leyendas sevillanas.

Si conocer la existencia de esta cámara acorazada es ya uno de los mayores signos de estupidez en gasto público, creo que el personaje del año pasa por saber quién es ese funcionario ¿agraciado? con dejar su iris y su huella digital para abrir esta habitación. Tanto hablar en este país del dedo digital y resulta que lo tenemos en la ciudad. Maldita Sevilla que siempre se encuentra en el epicentro de todas las carajotadas de Andalucía. Mira que es grande la región, pues nada. Ración y media de iris. ¿Cómo será ese iris? ¿masculino o femenino? ¿de ojos azules o achocolatados? Como entremos en la genética ocular del sevillano no terminamos.

Sevilla vuelve a estar en el ojo del huracán. Un huracán no de tempestades de elogio sino de efectos negativos porque al final San Telmo es Sevilla, la ciudad que necesita de otros vientos. Según la mitología, Iris es la encargada de transmitir los mensajes de los dioses, pero suplicaría que no de este tipo de mensajes que pertenecen al mundo más betunero.

Piensen ustedes que mientras pasean por las calles sevillanas o se están tomando la media con zurrapa de manteca colorá, al lado, puede estar la persona con el iris más buscado en Andalucía. Cuarenta años guardando el secreto y ni el mejor 007 lo hubiese descubierto. En definitiva, que asistimos a la Andalucía de Rinconete y Cortadillo con Sevilla como eje principal de la historia. Una pena.

Con lo bien que nos vendría una autentificación del iris para que los vándalos no entren en los campos de fútbol, impedir a los caraduras colarse en las casetas privadas de la Feria o en los palcos de la Avenida en Semana Santa o para aquellos políticos que dicen trabajar por la ciudad.

La ciudad parada ahora, que remedio, por estas fechas navideñas de ángeles luminosos al son de la navidad anglosajona (una de mapping, por favor) sigue batiendo su récord de faquir hipnotizado y no termina de suspirar por nuevos proyectos.

Seguimos en la fase de conocer el mayor orgasmo que lleva inaugurar hoteles en cualquier esquina con un río estancado sin acicalarse y con una movilidad caótica.

Cuando dentro de unas semanas veamos la última barredora tras la Cabalgata de RRMM, la ciudad volverá a su antropofagia más descomunal y regresaremos a nuestros problemas más crónicos hasta que llegue nuestra Cuaresma y volveremos a subir a Sevilla al altar entre pregón y pregón mientras nos debatiremos con la climatología y las previsiones para la madrugá. Si, al menos, en esa habitación acorazada hubiese aparecido el plan de movilidad que necesita Sevilla, suspiraría de alivio.

Debemos hacer emerger la estrella interior de Sevilla, la de Magallanes, la de las historias del Archivo de Indias y no de mercaderes del dinero público forjados en cámaras de seguridad que guardaban (cuénteselo a otro) legajos de papeles inofensivos en un siglo XXI donde hasta para hacerte socio de una peña se utiliza la informática. Sólo entenderían que allí se guardaran todos los Titulares de nuestras cofradías sevillanas o, por lo que ha costado obtenerlo del regidor sevillano, el famosos Plan Director del Arbolado de la ciudad documento éste de alto secreto según parece.

Llámenme loco pero el goteo de desprecio más absoluto al ciudadano perjudica a esta ciudad; a Sevilla. Ya voy entendiendo el narcótico que nos han dado para que sólo migajas nos llegaran a la ciudad para progresar. Ya tenemos otro atractivo turístico en Sevilla. Desde ya, un monumento a Iris en los jardines de San Telmo. Un monumento que rinda culto a todos los coscorrones que se deben dar a los servidores públicos cuando desprecian el dinero que no es suyo.

Escribo estas palabras desde mi despacho que no tiene reconocimiento de huella digital ni del iris, aunque contiene las fotos y las palabras más preciadas de una Sevilla que por ser honesta y gentil no termina por colocar sus brazos en jarras y pedir que se la deje en paz y no la metan en más líos a costa de un progreso tan necesario como urgente.