Los medios y los días

El profesor, una autoridad

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25 jun 2020 / 04:00 h - Actualizado: 25 jun 2020 / 04:00 h.
"Los medios y los días"
  • Varios niños en una clase de Primaria. / EFE
    Varios niños en una clase de Primaria. / EFE

Sí señor, hay que empezar a poner orden en la democracia y la Junta ya está elaborando una legislación para que los profesores no universitarios sean considerados autoridades. Los universitarios no lo somos tampoco por ahora, pero parece que eso no importa demasiado, nosotros a rellenar papeles y a recibir cada día instrucciones para que además de profesores universitarios e investigadores seamos administrativos, contables y empleados de gestorías.

Me voy a permitir darle un consejo a mi rector: los cuatro nuevos años de legislatura, que los dedique a disminuir la burocracia porque eso está provocando un colapso investigador de aúpa y va en perjuicio de la US entera si quiere estar en rankings internacionales bien posicionada. No exagero, los cuatro años, porque es que la que nos tienen liada es de aúpa y más con todo el estado de alarma. Y fíjense que no digo eliminar la burocracia -milagros los precisos- sino disminuirla.

Por lo menos, a ver si a los colegas de primaria y secundaria los revisten de autoridad y de dignidad. La Junta pide la colaboración de los padres. Esperemos que colaboren porque yo cuando alguno de mis alumnos me dice que ha sacado plaza en primaria o secundaria le deseo suerte para aguantar no a los alumnos sino a los padres. Tenemos sabihondos por todas partes ahora que se sabe menos de todo. Desde los iconoclastas acusando de racista hasta al autor de la canción del negro zumbón hasta estos padres expertos en pedagogía, psicología infantil y lo que haga falta. Este año estamos de enhorabuena los maestros y muchos familiares, gracias a la pandemia no tenemos que aguantar esas fiestas interminables fin de curso que organizan bastantes AMPAS, llenas de música basura gringa y de niños disfrazados de viejos prematuros y de niñas adultizadas.

Medidas como la de dotar de autoridad a los profesores deben ir acompañadas por exigirles más. Por ejemplo, que se dejen de tanta democratitis pringando a los padres en casa en las tareas de los hijos, encima que vienen hartos de trabajar o de buscar trabajo. Oigan, que los niños no son idiotas y no se quiebran porque asuman todas sus responsabilidades. Bien está una ayudita, pero se acabó, que cada palito aguante su velita y verán como de mayores saben valorar mejor las cosas.

Creo recordar que, en sus tiempos de presidente, Sarkozy, en Francia, quiso aprobar la obligatoriedad de que los estudiantes en la universidad se pusieran en pie al entrar el profesor y se callaran. ¡Qué ingenuidad! ¡Qué gesto coartador de la libertad! ¡Qué muestra de jerarquización de la sociedad cuando todos somos parias y hermanos! Cuando yo entro en clase mis alumnos están en sus cosas, los mando a callar en tres ocasiones y a veces más, y hay grupitos que si desean hablar les importa un pimiento que les moleste a sus compañeros y al profesor, eso sin contar que están ojeando sus aparatos virtuales, ajenos a la clase.

A cambio, todos, ellos y los profesores, gozamos de esta bendita democracia llena de sabiduría y libertad. No sé de qué me quejo.