Endesa no cumple

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28 ene 2023 / 11:11 h - Actualizado: 28 ene 2023 / 11:15 h.
"Energía"
  • Un operario manejando unos contadores de la luz. / EFE
    Un operario manejando unos contadores de la luz. / EFE

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Si el súper nos vendiera los paquetes de garbanzos vacíos, o solamente el plástico de las verduras y otras por el estilo, se quedaría vacío también de clientes. Es poco más de lo que viene haciendo ENDESA con quien la calidad del servicio ha bajado escandalosamente desde que se hicieron con Sevillana de Electricidad a pesar de que los avances habidos desde entonces garantizan un servicio mucho más serio y eficaz y una respuesta mucho más rápida contra los cortes de luz. ¿Para eso querían quedarse con Sevillana? Es posible y si así es, al mismo tiempo vergonzoso ¿Ese servicio vergonzosamente deficiente presta ENEL, su matriz, a sus clientes italianos, o esos sí son clientes y hay que cuidarlos, mientras los demás sólo les servimos para embolsarse beneficios? Si ya es grave que una empresa estratégica esté en manos de un gobierno extranjero, por muy amigo que sea, más grave es que esa empresa descuide el servicio por el que cobra religiosamente, bajo riesgo de corte del suministro.

Eso están haciendo sin problema de impago, como vienen denunciando con demasiada asiduidad “Barrios Hartos” y como está ocurriendo en los últimos días, precisamente los de más frío y por tanto de mayor necesidad de electricidad. Reconocer que los cortes se producen a causa del frío, igual que en verano lo justificaban por el calor, no es honradez, es falta de calidad del servicio y falta de voluntad para ofrecerlo de forma consecuente. A más frío o más calor se precisa mayor potencia. Y si el gas o el gas oil resultaran insuficientes, no es el usuario quien debe pagarlo, pues ya paga la abultada factura y por lo tanto es merecedor de un servicio acorde y proporcionado. La única responsable es la empresa por no preverlo y por negarse a utilizar otras energías mucho más baratas y eficaces

Endesa es consciente de que aunque nos cambiemos de compañía nos van a seguir suministrando ellos mismos, por lo tanto tienen un negocio cautivo y monopolístico porque ningún cable nos puede traer la electricidad desde otra empresa productora. Esa condición ya es suficiente para la intervención efectiva del Estado, que no debe permitir la arbitrariedad, incluso llegando si es preciso a la nacionalización de la o las compañías que no respeten los derechos de sus clientes como es debido. Los continuos cortes de luz están provocando no pocos daños a los usuarios, desde averías en los electrodomésticos durante las bajadas de tensión, hasta el fallecimiento de una persona electrodependiente, necesitado de mantener su respirador conectado a la red, según ha denunciado “Barrios Hartos” y ha hecho saber en una de sus manifestaciones. Y hay más personas igualmente dependientes en las zonas más afectadas. Pero todo eso parece que a Endesa le trae al pairo. Las productoras de electricidad se reparten el mapa y tienen asegurada su exclusividad cada una en su zona, por tanto no temen la fuga de sus clientes a otras compañías productoras. Tan seguras como que no se pueden ir, que una cosa es la producción y otra la distribución.

Muchos vecinos de los barrios más perjudicados señalan como responsables de las bajadas de tensión ciertos “consumos exagerados”. Si se dieran esos consumos, como son fácilmente identificables por los medios de medición de la empresa, serían una cuestión legal, correspondiente a los encargados de hacer cumplir las leyes, es decir: la policía y los Juzgados, quienes tienen armas para forzar a la empresa a su colaboración para descubrir a los culpables. ¿Por qué no se actúa contra estos “derrochadores” de energía si realmente existen? Se podrían resolver varios problemas al mismo tiempo.

De todas formas, descubrir problemas y ponerles remedio es labor de la compañía suministradora y en todo caso del estamento jurídico y del gobierno, que si ya lo hizo en otra ocasión con menos causa, también podría ahora llegar a la nacionalización de quienes no cumplan sus compromisos.