¿Has visto alguna vez limones que parecen pelotas de tenis súper alimentadas? pues exactamente así son los frutos que da mi limonero, el perenne presidente de mi jardín. Ayer me asomé, lo ví y pensé: «¡ya está a punto!», repleeeeto de limones, vamos ¡que el árbol se veía más amarillo que verde!, casi podías escuchar a las ramas decir: «¡échanos una mano, anda!» y decidí echarles las dos...
Pertrechada con una buena bolsa, alcé una mano, mientras sujetaba la rama con la otra y me dirigí al primer limón... «¡Que hermosura!»- pensé- desde el olor hasta el tamaño y la textura, ¡me estaban entrando unas ganas de hacer bizcocho! Tiré con cuidado para no romper la rama y aquella singular «fruta mutante» se despidió del «presidente del jardín» para habitar, temporalmente, en la bolsa. Repetí la misma operación... ¡uff, no recuerdo cuantas veces más! hasta tuve que recurrir a una escalera, ¡incluso fuí a la terraza para poder alcanzar los limones que descansaban en las ramas más altas! Cada vez que cogía uno, dedicaba unos segundos a olerlo y tocarlo, cuesta tanto conseguir los frutos que... ¡qué menos que disfrutar a tope de la recolecta! ¿no?
El genuíno «LIMÓN»
Eché un «rato curioso» entre aquella fruta mutante, porque las cosas buenas merecen que les dediquemos tiempo y que nos recreemos en ellas... Con mis manos aún impregnadas con olor a limón, descubrí una simpática lección: el LÍder en MotivaciÓN, el genuíno «LIMÓN«, es aquel que disfruta con lo que hace, hace disfrutar y en todo ese disfrute va implícito un profundo respeto hacia a los demás... El verdadero LÍder en MotivaciÓN jamás te dará un traicionero tirón para arrancarte de la rama, al revés, el genuíno «LIMÓN«, incentivará tus ganas de crecer y cuando sientas que es tu momento, te ayudará a dar el salto y ¡ojo!, tiene en cuenta que no todo el mundo «salta igual», hay ocasiones en las que hay que disponer de una escalera o de una terraza para facilitar el camino, por eso el LÍder en MotivaciÓN pondrá a tu disposición las herramientas pertinentes para ayudarte a cumplir tu destino...
¡Ay, lo que da de sí una tarde entre limones! Ya sabes, si en algún momento sientes que le falta «vidilla» a tu corazón o simplemente, quieres hacer crecer la que ya tienes de serie, acuérdate del «LIMÓN«. Y ahora... ¡a por mi trozo de bizcocho!