Tras la pandemia casi todo vuelve a la normalidad, menos salarios, impuestos, precios de alimentos y un largo etcétera. Estepa está en sus días grandes y en la mayoría de los rincones de todo el mundo se habla de esta ciudad y la elaboración de sus mantecados además también la afluencia de turistas durante todo el año es algo que benéfica esta localidad sevillana. Los fabricantes que forman parte de la doble IGP (Indicación Geográfica Protegida) Mantecados de Estepa y Polvorones de Estepa han informado que, tras semanas trabajando en la puesta a punto de toda la maquinaria y el aprovisionamiento de materias primas, se ha dado comienzo a la campaña de producción de estos típicos dulces navideños para este 2022.
Los empresarios del sector comenzaron hace algún tiempo su temporada con el objetivo de inundar todos los hogares del dulce más tradicional de la Navidad, pero atentos al movimiento de los mercados, con la subida de precios y los gastos de transporte y energía como principales puntos, así como de la seguridad sanitaria. Un empleo que es, como cada año, mayoritariamente femenino, ya que las plantillas de nuestras fábricas están compuestas, en un 85%, por mujeres.
Se trata de un sector que, desde sus inicios, trabaja para mejorar la calidad de sus productos, ya imprescindibles para celebrar la Navidad en los hogares españoles y también fuera de nuestras fronteras. Esta tradición y artesanía, supuso el reconocimiento por parte de la Unión Europea de dos Indicaciones Geográficas Protegidas, primero la del Mantecado de Estepa y después la del Polvorón de Estepa. Estas certificaciones de calidad europeas garantizan al consumidor la calidad de los productos amparados por ellas, avalando productos con garantía de origen, prestigio y tradición.
Sellos que, además, contribuyen al desarrollo del sector primario y a la protección de las áreas geográficas productoras. Los productores han de cumplir requisitos muy concretos, comprometiéndose a mantener la calidad lo más alta posible, además de ciertos usos tradicionales en la producción. A cambio, obtienen protección legal contra la producción o elaboración de esos productos, aunque se utilicen los mismos ingredientes y procedimientos.
Una segunda parte , como les comentaba al comienzo , es el turismo. Con la llegada del otoño aumenta sustancialmente el número de visitas para conocer las fábricas y degustar los mantecados y polvorones de Estepa en las tiendas, preparando así la Navidad. Esas visitas permiten también que el turismo sea un factor de desarrollo económico local, gracias a que estas personas se quedan en la localidad para conocer su patrimonio, comprar en sus tiendas o comer en sus establecimientos hosteleros. La Ciudad del Mantecado se convierte así en un lugar de visita imprescindible para muchos durante los meses de octubre, noviembre y diciembre.
Mientras, los estepeños, como cada año, se adaptan a la llegada de estos meses de intenso trabajo. La localidad se transforma y esta circunstancia, por iniciativa del pleno del Ayuntamiento de Estepa y que cuenta con el apoyo de la Junta de Andalucía ponen en marcha los trámites para conseguir el reconocimiento del «olor a mantecados y polvorones de Estepa», como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Un trabajo que se está llevando a cabo de la mano de antropólogos de las Universidades de Elche y Pablo de Olavide de Sevilla. Es la buena noticia y el motivo para visitar una mañana de domingo la visita a la localidad de Estepa donde podrán disfrutar de esto y mucho más.